León, Gto. A través de su trayectoria social y profesional María Isabel Llamas Andrade ha logrado la mejor versión de ella misma; una mujer de retos, optimista, agradecida y ecuánime, pero apasionada en todas sus facetas. 

En el Día Internacional de la Mujer hace un llamado a la organización, porque asegura que unidas ya están al perseguir una causa, pero ahora hay que impulsar los liderazgos de quienes participan en las decisiones importantes. 

Fundadora del Colegio Británico con las maestras Magaña, donde forjó las bases de su visión como pedagoga y maestra normalista; 15 años de trabajo en Casa de Apoyo a la Mujer; y cinco años como directora del Instituto Oviedo, son algunas de las facetas que respaldan su trayectoria y experiencia. 

Actualmente el rol de la mujer es otro ante la pandemia, pues han aumentado las responsabilidades por el trabajo y/o escuela en casa. 

“Aquí es donde entra la educación con una perspectiva de género, donde se reconozcan como colaboradores, no como imposiciones por ser hombre o mujer; sería más fácil en las familias donde las labores de la casa se dividen entre papá, mamá y hermanos mayores, se redistribuye todo el trabajo doméstico o las responsabilidades de casa”, comentó. 

En el caso de los hogares uniparentales, el apoyo recae en las abuelitas, pero la familia ampliada (hermanos, tíos, primos) también pueden colaborar. 

“Este 8 de marzo toca a las mujeres hablar que nuestro liderazgo va acompañado de un cambio y también en la manera que nosotras mismas vemos lo que son nuestras responsabilidades, pero también a que los hombres reflexionen sobre lo que les toca , no es solo llevar el dinero, es como educamos entre los dos”, señaló. 

Como mamá y abuela ha enseñado a su descendencia que las mujeres pueden lograr lo que se propongan, a que conozcan y reconozcan el valor que tienen, a ser constantes y resilientes para hacer sus sueños realidad. 

Ayudar a quienes lo necesitan también ha sido parte de su esencia, no solo como ser humano, pues comparte que siempre hay una manera de contribuir en las medidas y posibilidades de cada individuo. 

“Dice santa Teresa que hay que dar hasta que duela, yo no estoy tan de acuerdo, creo que cuando das no te duele, porque recibes más; la gente no puede ser feliz sola, vive en una comunidad y debe aportar lo que en su posibilidad está. En mi familia hacerlo así, nos aporta a ser seres humanos más conscientes de nuestro entorno”, agregó.

Empodera mujeres 

Durante 15 años como parte de la asociación civil Casa de Apoyo a la Mujer, logró ayudar a transformar el proyecto de vida de alrededor de 40 mil mujeres con diferentes situaciones de violencia. 

Sus primeros años como parte del consejo y los 11 restantes al frente de esta organización le dieron la oportunidad de implementar programas de formación para ayudar a resolver problemas de violencia, pero sobre todo a que tuviera claro su proyecto de vida a corto, largo y mediano plazo. 

“Mi mayor satisfacción no fue solo la cantidad de mujeres que pudimos ayudar y que, durante este tiempo, fueron más de 40 mil a quienes se les ayudó de diferente manera, sino que lograron empoderarse y ser las mejores versiones que podían ser de ellas mismas”, destacó. 

Los retos en la educación 

Su bases en la experiencia pedagógica en el Colegio Británico las implementó también en Casa de Apoyo a la Mujer, experiencia que sumó para regresar a la educación como directora del Instituto Oviedo. 

“Era un trabajo de desaprender para volver a aprender, ser mejores mujeres y resolver un problema en muchas cuestiones legales, personales, de la educación& cuando llego al Oviedo, es con esta base pedagógica de lo que es la educación en la vida de las familias; para mí fue un reto muy padre porque se implementó una visión del colegio humanista personalizada en la que los niños sean líderes y desarrollen sus talentos”, explicó. 

Regresó a la educación convencida de que esta es la base del crecimiento de las personas, de la sociedad y de un país. Con su experiencia en temas de violencia doméstica e intrafamiliar, la educación puede resolver estas problemáticas y qué mejor que desde pequeños se les construya en una visión de sí mismos sin conceptos machistas sino de un medio de colaboración y sentido de comunidad. 

“En ese tiempo creció el número de estudiantes y hubo una transformación y cambio de proyecto hacia una educación que respondiera a las necesidades actuales para que los chicos se integraran a un mundo laboral, pero sobre todo en una conciencia de su responsabilidad, de su autonomía y de su libertad”, comentó. 

Desde su perspectiva, la tecnología es una herramienta importante en esta nueva forma de educación a partir de la pandemia, pero el reto está en cuidar que el enfoque sea en las oportunidades de formación en familia, en no dejar a los papás de lado sino incorporarlos a la educación de sus hijos. 

“Ahorita no importa que los niños no aprendan mucha cantidad de conocimientos, lo que debe de acentuar es el desarrollo de competencias, de habilidades y destrezas y esas de van de mano con la tecnología y de lo que en casa pudieron aprender”, destacó. 

Aspira a un espacio en la política 

Aportar su experiencia desde el terreno político para lograr cambios necesarios en los ciudadanos, quienes deben tomar el lugar que les toca para las decisiones importantes de una sociedad y no dejarla en manos de quienes persiguen intereses particulares y egoístas. 

“Soy aspirante  a estar en un medio político porque siempre me han gustado los retos y tengo la vivencia y experiencia desde la organizaciones de la sociedad civil, veo que la gente piensa que la política es para los corruptos y están dejando que ellos, que no son todos, se vayan apoderando de esos espacios”, señaló. 

Por esta razón, quiere abrir más espacios de liderazgo para las mujeres en los que unidas y organizadas tomen conciencia de los que deben decidir y sentirse valiosas y capaces de lograr lo que se propongan. 

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