León, Gto. La luz que irradiaba Beatriz Eugenia Yamamoto Cázares no solo alumbró a familiares y amigos, también traspasó fronteras; su carisma y ascendencia japonesa le permitieron promover las relaciones entre México y Japón y contribuir a la hermandad entre el estado de Guanajuato e Hiroshima.

Beatriz Eugenia Yamamoto, mejor conocida como Betty, nació el  22 de septiembre de 1957 en Palau, Coahuila, fue la cuarta hija de Joaquín Yamamoto Hernández y Amada Cázares Reyna, quienes procrearon siete hijos: Carlos, Rosy, Tomás +, Beatriz +, Gabriela, Gerardo y Sandra.

Fue maestra normalista por la Escuela Normal de Saltillo; al terminar su carrera se trasladó a la comunidad de San José de Otates de Manuel Doblado, Guanajuato, en donde estaba su plaza, ahí conoció a Juan León Tavares, un maestro residente y ambos se enamoraron.

Jorge Eduardo León Yamamoto, su hijo, mencionó que la historia romántica de sus papás fue muy bonita, que su abuelo Joaquín, quien no estaba de acuerdo en que su hija estuviera lejos, llegó a San José de Otates y al ver cómo vivía se la llevó de regreso a Palau.

“Betty solo atinó a dejarle una carta a Juan, su “prieto” como le decía, él al sentirse abandonado la buscó por cielo, mar y tierra, la encontró y no volvieron a separarse jamás, pidió su mano y mientras se llegaba el plazo para la boda, viajaba constantemente, 12 horas de León a Palau, a ver a su amada; se casaron y regresaron, pidieron su cambio de plaza de maestros a León donde establecieron su residencia y tuvieron tres hijos: Juan Carlos, Jorge Eduardo y Julio César León Yamamoto”

Agregó que Betty siempre buscó superarse para obtener el reconocimiento de su papá que era una persona dura de carácter, esa idea y su familia fueron su motor para seguir adelante.

Cuando sus hijos crecieron y ya no eran tan dependientes de ella, decidió emprender: abrió un pequeño negocio en la zona de la Central Camionera donde empezó como comerciante y luego como fabricante de marroquinería. Abrió varias tiendas y el 20 de octubre de 1989 creó la empresa y la marca León Yamamoto, posteriormente la marca quedó solo como Yamamoto.

Jorge Eduardo señaló que su mamá aportó mucho a la sociedad ya que participó en los sectores social, empresarial y políticos.

“Su carrera político- social la empezó en la Cámara del Calzado del Estado de Guanajuato (CICEG) donde fue consejera, presidió la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias Capítulo León (AMMJE hoy AMEXME León) en el período 2005-2007, que fue su impulso para entrar a la política sin ser militante de ningún partido político sino ciudadana”.

Añadió que el Partido Acción Nacional la invitó, como ciudadana, a ser Diputada Federal plurinominal en la LXII Legislatura, trabajo que desempeñó en la Ciudad de México donde hizo un sinnúmero de amistades y contribuyó en sectores como el de salud donde realizó gestiones para apoyar a niños con enfermedades raras.

“Por azares del destino y su ascendencia japonesa fue nombrada presidenta del Grupo Amistad México- Japón donde contribuyó a facilitar las negociaciones y a hermanar a Hiroshima con Guanajuato. Los japoneses al escuchar su apellido se sentían más cómodos, ahí empezó su carrera en relaciones internacionales, además de contribuir en las relaciones diplomáticas y de vínculo empresarial con Mazda, Honda y otras ensambladoras y productoras japonesas”.

En septiembre del 2018 recibió, de parte del Consulado de Japón en León, la Condecoración Orden del Sol Naciente, en Grado Rayos de Oro con Escarapela, que otorga el gobierno de Japón a través del Emperador Hiro-no-miya Naruhito Shinno, a ciudadanos foráneos que contribuyen al fortalecimiento de la relación entre Japón y México, a la promoción del intercambio parlamentario.

En cuanto a sus cargos políticos señaló que, después de ser Diputada Federal, fue Regidora en el municipio de León y en los últimos tres años estuvo en la Secretaría del Migrante y Enlace Internacional en donde desempeñó el cargo de enlace internacional con todas las embajadas, incluida la japonesa; su último cargo fue Diputada Local Suplente, del que tomó protesta el pasado 28 de enero.

Legado familiar

“Mi mamá nos deja un enorme legado, un nombre al que debemos dar continuidad y mantenerlo, su empresa, una enseñanza de vida y la fortuna de haber tenido una madre como ella”.

Destacó que fue una persona con muchos matices, firme pero amorosa, implacable como madre pero dando lecciones de vida.

“Fue una esposa extraordinaria que deja como ejemplo la relación tan especial que tuvo con mi papá; la gente que los conoce dice que no han visto un matrimonio como el de ellos, siempre trabajaron juntos, primero como maestros en un pequeño pueblito y luego en la empresa”.

Destacó que el recuerdo de su mamá siempre estará en alto y la recordará con su sonrisa, sus ganas de vivir y la energía positiva que irradiaba ya que a cualquier lugar que fuera, sin necesidad de conocerla, ya la querían.

“Como amiga fue una persona que siempre estaba ahí, su inteligencia emocional le permitía percibir el sentir de sus amigas para quienes siempre tenía las palabras adecuadas y en el momento exacto, sin necesidad de abrumar, era un imán, el brillo en las reuniones, la gente se sentía cómoda cerca de ella, no distinguía estratos sociales y ayudaba de la misma manera a un obrero que a un empresario prominente, tenía un gran sentido humanitario”.

La ascendencia japonesa de Betty Yamamoto le viene de su abuelo quien llegó a México como  enviado de una compañía minera, pero al ver las condiciones de las minas decidió establecerse en Palau, Coahuila, e iniciar un negocio: abrió la carnicería Yamamoto, la más famosa de la región. 

Siempre orgullosa de sus raíces, Betty tuvo la oportunidad de volver a acercarse a la comunidad japonesa y en su oficina creó su rinconcito japonés donde atesoró su infinidad de logros, entre ellos reconocimientos y publicaciones en las que apareció.

Betty Yamamoto falleció el pasado 8 de febrero, le sobreviven su esposo Juan León Tavares, sus tres hijos Juan Carlos, Jorge Eduardo y Julio César, sus nietos Yuliana y Julio León Ascencio; Luciana y Mariano León González; Ana Elisa y Eugenio León González, recién nacido, quien lleva ese nombre en honor a ella.

Betty fue despedida con una emotiva misa de cenizas realizada en el Templo Expiatorio en donde su familia estuvo acompañada por familiares y amigos cercanos. El día de hoy, en el Congreso del Estado se realizó un homenaje y posteriormente sus cenizas fueron depositadas en una conocida funeraria de la ciudad.

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