Para entender y detectar la conducta de los picky eaters, la nutrióloga Citlalli Álvarez respondió las inquietudes de las mamás que conforman la comunidad de Maternidad Consciente.
Este diálogo se realizó a través de un Instragam Live moderado por Alina Hernández.
No hay una definición uniforme, son niños que consumen variedad inadecuada de alimentos o rechazan una amplia cantidad de grupos de alimentos”, detalló la especialista en nutrición infantil.
Durante la alimentación complementaria, los menores rechazan ciertos grupos de alimentos por el cambio de texturas y eso es normal, ya que argumentó que el 50% de las niñas y los niños presentan una conducta picky entre los dos y tres años de vida, por lo que es importante seguir patrones adecuados en su alimentación durante los primeros 12 meses.
Si esta conducta se detecta hay muchas terapias, pero si no se interviene a tiempo esto puede persistir hasta la adolescencia y adultez”, añadió.

La nutrióloga recomienda trabajar con pasos pequeños para tener grandes cambios, es decir, es importante poner el ejemplo como papás y consumir los alimentos que se desean integren a sus comidas, involucrarse en la preparación y hasta realizar juegos para que conozcan las texturas y tengan la curiosidad de probarlos.
Hay muchos factores que influyen en la conducta picky eaters; desde el embarazo la dieta de la mamá influye en la alimentación futura del bebé, si tiene ansiedad, bajo peso o trastornos alimenticios hay más probabilidad de que la desarrollen, por eso es importante comer saludable y variado en esta etapa”, explicó.
Otro de los factores es si el bebé recibe lactancia materna o fórmula porque los sabores que percibe en la primera tienen mayor aceptabilidad de sabores en su alimentación complementaria a diferencia de la segunda.
Si siempre le dan papilla al bebé porque ven que le gusta; si tiene un año y no empiezan con los cambios de texturas, también es un factor que puede desarrollar la conducta y es muy importante también que todos tengamos el derecho a probar ciertos alimentos y que no nos gusten y si ya intentaron varias combinaciones o estrategias y no lo acepta no pasa nada hay que intentar con otros alimentos de ese grupo”, señaló.
Los hábitos que hay en familia para la alimentación incluyen en los pequeños, por eso es importante que toda la familia consuma lo mismo para que ellos vean que todos lo comen y no rendirse ante el rechazo y cambiar el platillo por lo que sí les gusta.
El niños y sus papás deben tener una asesoría de nutrición durante el primer año de vida y cada seis meses después, porque el foco de desarrollo de esta conducta está entre los 12 y 24 meses y así podemos evitar confusión”, dijo la nutrióloga.

