Con más de 30 años de experiencia en el área de recursos humanos, Lilia Palafox compartió herramientas para desarrollar la resiliencia ante las pruebas de vida por las circunstancias actuales.
La Universidad De La Salle Bajío a través de la Extensión Universitaria de Puerto Interior, del Centro de Certificación Laboral y Educación Continua, y de la Facultad de Negocios organizaron el webinar “Resiliencia: aprendiendo de la adversidad“.

Este término lo empecé a escuchar hace 10 años y en un principio pensé que podía ser un concepto de moda y que al paso de unos meses se queda en el olvido, pero conforme pasaron los años entendí que es algo que toca varios ámbitos y que de manera muy sencilla se refiera a la posibilidad de recuperar mi capacidad para vivir después de enfrentar condiciones adversas”, dijo la psicóloga organizacional.
La ponente compartió que hay estudios que demuestran que en esta habilidad hay un proceso neurológico que segrega neurotransmisores que permiten desarrollarla, pero influyen también la familia, empresa o entorno para que así sea.
Por ejemplo, en una empresa se invita al colaborador a ser resiliente, pero encuentras que el entorno y las condiciones son agresivas o también está pasando por una situación adversa como un recorte de personal que genera la inestabilidad de los colaboradores y entonces no se puede desarrollar cabalmente”, explicó.

También destacó que es importante la capacidad de los seres humanos para a través de las palabras darle sentido a la vida, por lo que existen cuatro relatos sobre los que se contribuye a la posibilidad de la resiliencia: preverbal, solitario, compartido y colectivo.
El primero es cuando el ser humano aún no adquiere lenguaje, es en los primeros 20 meses de vida, identifica solo sonidos, pero hace lo posible para dar entender lo que necesita. El solitario es un relato con las frases “no me lo merezco”, “por qué a mí” y caemos en este discurso para perpetuar nuestro futuro”, comentó.
Cuando hay un relato compartido se abre la posibilidad de reconstruir esa representación que ya se había creado y permite reconocer que hay otros con experiencias distintas y formas diferentes de ver la vida. El relato colectivo permite expresarse cada día de la situación a vivir y también hay silencios que marcan la dinámica de la capacidad que se tiene para remontar.

Para ser resilientes debemos reconocernos como seres vulnerables, que existe la posibilidad de ser herido en algún momento de la vida, que me va a doler y voy a salir lastimado y así aprender a fluir con esa adversidad. Esto a veces se interpreta como debilidad y buscamos mecanismos que sirven de anestesia y no es malo, lo malo es cuando no me permito experimentar la emoción y bloqueo mi posibilidad de sentir”, compartió.
La tenacidad, empatía y escuchar a los demás son otras de las herramientas que ayudan al desarrollo de esta habilidad que en estos tiempos difíciles ayuda a buscar las oportunidades para seguir adelante.
