Comerciantes como Lourdes tienen 50 años de dedicarse a la vendimia, en la tradicional apertura de la Presa de la Olla.

Originaria de Guanajuato Capital Lourdes comenzó a acudir a la apertura de la Presa de la Olla, a la edad de seis años, cuando acompañaba a su mamá a realizar la venta de alimentos para los paseantes.

“Llegué a la edad de seis años, actualmente tengo 56 años de edad, con el tiempo hemos cambiado de giros, en un principio mi mamá vendía tacos, enchiladas, pambazos, gorditas y refrescos”, indicó.

Lourdes comentó que con el paso del tiempo le cambiaron a la venta de juguetes, una tradición que se mantiene para poder llevar un dinerito extra a la casa.

“Las ventas están muy bajas, porque ya hay mucha competencia, les dan mucha preferencia a los de fuera, antes en su mayoría sólo éramos gente de Guanajuato.

“Actualmente llega mucha gente de México y de León, quienes reciben todas las facilidades, en cambio a nosotros nos piden muchos papeles y al final no podemos vender”, refirió Lourdes.

Esta comerciante destacó que para poder vender, la noche del domingo llegan a colocar la estantería y a las 5 :00de la mañana del lunes se comienzan a instalar.

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