Los habitantes de comunidad La Carbonera lanzaron un desesperado grito de auxilio a las autoridades municipales para que los apoyen con servicios públicos, en especial agua potable, transporte y un camino de acceso que haga menos complicado llegar a sus hogares.
En este poblado de calles polvorientas y sin pavimentar, la gente ha aprendido a vivir con carencias elementales, pese a que se ubican a sólo 500 metros de una de las carreteras más transitadas del Estado, la Guanajuato-Juventino Rosas, por donde a diario pasan cientos de funcionarios estatales y municipales.
Una de las mayores dificultades que enfrenta La Carbonera, es la falta total de agua potable; no hay red de distribución y la gente debe abastecerse mediante las pipas llevadas por particulares. Aseguraron que sus peticiones para traer el servicio nunca han sido escuchadas por los el Sistema Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Guanajuato (Simapag).
“No tenemos transporte, tampoco vigilancia, eso no es nada cuando no hay agua potable y drenaje. Lo malo es que no se ve para cuándo podamos tener el servicio”, dijo Imelda López, una joven madre que no quiere que sus hijos crezcan con las necesidades que le tocaron a ella.

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