Han pasado 43 años desde que la generación 1968-1973 de contadores públicos egresó de la Universidad de Guanajuato. Su amistad perduró a través del tiempo y la distancia, y prueba de ello es que se han vuelto a reunir en el lugar donde inició todo con respecto a su vida profesional.
Los contadores se reencontraron en un conocido bar del centro de la ciudad, donde convivieron, contaron anécdotas de su juventud y portaron con orgullo un botón con el logotipo de su facultad y el escudo de su alma máter. Ese mismo día, en la noche, los compañeros se congregaron en un restaurante ubicado en la Plaza de la Paz, donde cenaron, bailaron y cantaron.
Al día siguiente agradecieron a Dios por permitirles volver a reunirse, con una celebración eucarística en el templo de San Felipe Neri, “La Compañía”. La misa fue oficiada por el presbítero José Vargas y cantada por el tenor y organista Bernardo Rosas Días quien al final entonó el “Himno a la Alegría”.
Posteriormente fueron acompañados por un mariachi desde el atrio del templo hasta la Plazuela del Baratillo donde brindaron y se tomaron la foto del recuerdo. Enseguida caminaron hacia el Jardín Unión hasta llegar a la Plaza de la Paz para comer todos juntos en un restaurante.
Conmovedoras palabras dirigieron los contadores Nicolás Quintero Gutiérrez, Javier Segovia Zapiain, José Luis Lara Salmerón y por supuesto su maestra Ma. Elena Morales sobre el acontecimiento que los reúne una vez al año.
Ramón Gasca Zambrano proyectó un video con imágenes de la reunión del año pasado y Nicolás Quintero Gutiérrez entregó un ramo de rosas a todas las damas presentes.
Los contadores se despidieron y prometieron encontrarse en esta ciudad el próximo año.
