Subir y bajar telones, armar escenografías, colocar utilería, son sólo algunas de la actividades que realizó durante 38 años el tramoyista Pedro Ibarra, quien lamentablemente falleció ayer a las 6 de la mañana.

Hace poco más de 2 años y medio concedió una entrevista para a.m. y platicó de cómo era su vida en el interior del majestuoso recinto, donde además de apoyar a las grandes compañías que se presentan durante el Festival Internacional Cervantino, también habló de sus compañeros y de su familia, de sus deseos de convivir más con ellos, pues en ese entonces estaba a punto de jubilarse.

Entre las anécdotas, dijo que su mamá fue boletera del Teatro Juárez y que su papá fue carpintero, para él fue una casualidad que su oficio estuviera tan relacionado con las dos personas que le dieron la vida.

De los espectáculos recordó aquellos días cuando se presentaban cantantes como: Pedro Vargas, Rafael, Napoleón, Lucha Villa, Julio Alemán, Silvia Pinal, por mencionar algunos. También de las dificultades para montar algunas escenografías.

Platicó que entró a trabajar en la tramoya gracias a un familiar que estaba en Bellas Artes, y después de la primera experiencia tras bambalinas, optó por continuar su vida en el recinto histórico guanajuatense, donde conoció a muchos técnicos y aprendió el oficio con el que hoy lo recordamos.

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