En el Centro de Control Animal (CECA) cientos de perros han muerto de hambre, marcados para su sacrificio con descargas eléctricas y sus cuerpos finalmente sepultados en fosas clandestinas en el Tiradero Municipal.
Hasta am Express llegó una denuncia anónima donde se presentaron fotografías, sobre el maltrato que vivieron en las instalaciones del CECA los perros que tuvieron la desgracia de ser capturados en la vía pública.
En las fotografías se observa un perro blanco con manchas negras que llegó vivo, pero conforme pasaron los días otra placa fotográfica muestra que murió por inanición.
También hay fotografías de perros que lucen una figura esquelética, a consecuencia de la falta de alimentos.
El reporte al am Express refiere que los perros que no murieron de hambre fueron electrocutados; para su sacrificio eran marcados con pintura en la piel en colores rojo y azul.
También la denuncia reporta que los restos de los animales, en lugar de ser incinerados, fueron llevados a fosas clandestinas en el Tiradero Municipal.
Certifican denuncia
Am Express realizó una visita en el Centro de Control Animal, con la excusa de querer adoptar una mascota.
En esta ocasión su pudo constatar que hay instalaciones limpias, con perros alimentados y el horno crematorio funcionando.
Empleados platicaron al am Express que en la pasada administración se sacrificaban al mes un aproximado de 80 perros; si eran inyectados o electrocutados, no quisieron opinar. aunque reconocieron que antes la mayoría de los perros fallecía de hambre, porque el alimento era llevado a la casa de un funcionario de la Contraloría Municipal, para alimentar a sus mascotas.
Además, para ahorrar dinero, efectivamente los perros eran depositados en el Tiradero Municipal donde eran enterrados bajo varias capas de cal.
Fosas al descubierto
En el Tiradero Municipal los pepenadores confirmaron que la camioneta del CECA iba cuando menos una vez a la semana a tirar perros muertos.
Tras un breve recorrido se observó un perro con sarna excavando la tierra para alimentarse de restos de otos animales.
Ante el hallazgo, los recolectores de desechos denunciaron que ese era el sitio donde se tiraban los cuerpos de los perros que una vez recorrieron las calles de Guanajuato y tuvieron la desgracia de caer en el CECA.
