Quizá cuando eras pequeño utilizaste un bote como tambor o te impresionante con los ruidos que podías hacer con tu boca. La agrupación peruana Kimba Fá desarrolló un espectáculo llamado ‘La ciudad suena’, en la que utilizan diferentes elementos para hacer música.
Latas, botellas, camas, cajas de madera, tubos de plástico, son sólo algunos de los elementos que utilizaron para crear diferentes sonidos y recrear el estilo de vida de Perú, país invitado de honor en la cuadragésima tercera edición del Festival Internacional Cervantino.
Dirigido por Lucho Sandoval y fundado en 1992, Kimba Fá es un nombre que sintetiza los afronegrismos peruanos ‘quimba’, que significa el contoneo y el ritmo y ‘fá’, que quiere decir energía, elementos imprescindibles en un espectáculo que combina teatro, música, acrobacia y por supuesto creatividad.
El público disfrutó la variada selección de escenas representativas de su cultura, comerciantes que utilizan botellas, incluso utensilios de cocina como un cucharón; cualquier objeto puede generar un sonido que tocándolo rítmicamente invita a mover el cuerpo.
También representaron la vida en los bares, lugar donde el zapateado y el ritmo de las percusiones pusieron a bailar a más de uno de los asistentes. Las actuaciones hicieron reír a la audiencia por su toque de gracia.
Y que decir del futbol, el equipo verde y rojo apoyados por sus aficionados, donde se vive la verdadera fiesta deportiva, los sonidos de las cornetas y las cajas peruanas. Disfrutaron la actuación de los equipos en la cancha, donde hubo momentos en cámara lenta y muy rápidos que si parpadeabas te perdías del momento.
Como en la mayoría de los casos, la música estuvo acompañada de una o dos voces femeninas, que le pusieron un toque más bailable. En la última escena, los artistas tocaron tambores que en su interior tenían luces de colores y agua que salpicaba a los asistentes que estaban más cerca del escenario, un final que muchos no olvidarán.
