Vándalos utilizan un terreno baldío del callejón Mezquita para esconderse luego de cometer asaltos, participar en riñas, escandalizar o drogarse.
El callejón forma parte de la ruta que algunos turistas usan para llegar al monumento del Pípila.
En estos lugares opera uno de los supuestos responsables apodado ‘El Caimán’, quien junto con su sobrino ha cometido varios robos a visitantes.
“Hay un grupo de vándalos que se dedica a quitarle las bolsas a las mujeres que pasan por estos callejones y luego se esconden entre los matorrales del terreno baldío que está al fondo del callejón Mezquita.
“El lugar también sirve como escondite de personas que vienen a drogarse o tomar bebidas alcohólicas o hasta sostener relaciones sexuales en las noches, porque el lugar está oscuro”, dijo una vecina.
