La compañía teatral Los Bocanegra presentó en el Teatro Cervantes la puesta en escena “Tiburón”, que nada tiene que ver con el depredador, salvo en un momento cuando una de las cuatro actrices hace mención de ello, y ella y sus compañeros dicen algunos conocimientos sobre el pez.
La historia se centra en la cabeza de la familia, su papá, los actores, un joven y cuatro chicas recuerdan el primer momento en que lo vieron, lo que sintieron y la situación a la que se enfrentaron antes de tenerlo ante sus ojos.
Además de abordar varias etapas de su vida, lo entretejen con la compresión del origen del universo, el nacimiento, la muerte de las estrellas, la entropía y el final del universo.
En momentos logran arrancar la carcajada de los espectadores cuando los actores se imitan asi mismos en varias etapas de su vida, su niñez, adolescencia y etapa adulta. Casi al final de la obra recuerdan el momento en que su papá partió de este mundo, incluso una de ellas no lo sabe, pero se queda con las cosas que su mamá le dijo de él.
En varias partes de la puesta, los cambios de luces son constantes, principalmente cuando de una forma paralela o metafórica comparten la explicación del universo, usan luces neón, y un micrófono que cambia un poco el tono de su voz, que se escucha como eco.
“La obra es una constante declaración de principios que pare del microcosmos personal, para equiparse al infinito y el universo que nos contiene y rige a todos por igual”.
Bajo la dirección de Ricardo Rodríguez, “Tiburón”, permite al espectador realizar libres asociaciones con el poder de los recuerdos, adentrándose en las profundidades de la propia vida.
