El Museo Iconográfico del Quijote fortalece su oferta cultural con obras de teatro que se presentan el último viernes de cada mes, en está ocasión con la puesta en escena “Lo que queda de Cielo”, escrita por Camila Villegas y dirigida por Aída Andrade Aaras.
Doña Cirila, interpretada por la actriz María del Carmen Félix, prepara la fiesta de quince años de su hija Cielo, su enamorado Tony (Mauricio Montes Amorós), le tiene una sorpresa, le compró en tandas el vestido que lucirá en su fiesta. Su padrino Don V (Raúl Aranda-Lee), se encargará de la organización de la celebración pero la cumpleañera nunca llega.
“Lo que queda de Cielo”, es una obra sobre trata de personas que cuenta con dos vertientes, por una parte, el desbordante humor negro y por otra, una trágica historia de amor. Pareciera que Cielo es la protagonista porque todo se centra en ella, pero el personaje sólo está en la imaginación tanto de los personajes como del público.
Al inicio de la obra Tony describe a Cielo, mientras mira con orgullo el vestido puesto en un maniquí, un maniquí que en algunos momentos se transforma en Cielo, pero ella no responde nada, porque no está físicamente, sólo está presente en las charla de los tres personajes.
Cuando la joven no llega a su fiesta de cumpleaños se dan cuenta que algo malo ha ocurrido, se ha ido al norte, Tony piensa en ir a buscarla, pero no tiene dinero para hacerlo por lo que le pedirá trabajo a don V, quien tiene a un grupo de jóvenes que primero enamoran a mujeres para luego llevárselas a Estados Unidos y prostituirlas. ¿Será acaso el destino de Cielo?
Mientras tanto, cada uno intenta seguir su vida, doña Cirila sigue trabajando en su fonda; Tony sigue trabajando con don V y éste último se hace más rico con su negocio. Después de un año todo sale a la luz, Cielo no trabaja cuidando niños, Cielo se creyó las mentiras de uno de los chavos de don V y por eso se fue al norte, sin imaginar su destino.
Los tres actores cautivaron con su interpretación de una mujer que en sus primeros años se dedico a la prostitución y luego puso una fonda, a un hombre sin escrúpulos que daña la vida de las jovencitas del pueblo, y de un un joven con los deseos de casarse con la quinceañera y que cuando descubre la verdad queda destruido.
La directora Aída Andrade Aaras y el actor Mauricio Montes Amorós ya habían tenido la oportunidad de trabajar en Guanajuato en el Festival Internacional Cervantino, ahora se presentan con la compañía que tuvo una temporada en el Distrito Federal y que tiene varios proyectos en mente.
