Integrantes de la Asociación Libertad, que laboran como pepenadores en el tiradero municipal, denunciaron el nulo apoyo e interés de autoridades municipales por su labor, pues permiten que empleados de servicios municipales recolecten material para reciclar y con ello afectan a sus familias.
La asociación está integrada por unas 70 personas, de las cuales depende igual cantidad de familias y todos ellos, a diferencia de los empleados municipales, carecen de seguridad social, salario y prestaciones laborales.
“Ya no es mucho lo que nos llega de plástico y material para reciclar, ellos se quedan con lo mejor, y lo malo es que ellos tienen un sueldo, tienen seguro y nosotros nada y así nos siguen perjudicando”, dijo María del Socorro Ibarra.
Esta mujer con 68 años de vida, la mayor parte de ellos dedicados a esta actividad, cuestionó que las autoridades municipales conozcan su situación y no se atrevan a hacer nada para controlar a los choferes que no les importa despojarlos de lo poco que pueden obtener.
Todos ellos a diario enfrentan prolongadas y agotadoras jornadas de trabajo que inician a las 8 de la mañana y pueden terminar hasta las 5 o 6 de la tarde, con una ganancia que no supera los 100 pesos diarios.
“Yo les pido que frenen eso de los choferes, porque es zona Centro y andan escogiendo. Se ponen en las tolvas a pepenar y los viajes de basura ya nos llegan muy escogidos.
“No tenemos ninguna ayuda, no tenemos seguro y así todos ellos nos siguen fregando”, expresó María del Socorro.
Golpe al bolsillo
Para estos hombres y mujeres, materiales como el aluminio, lámina y cartón han dejado de llegar al tiradero, lo que ha representado un fuerte golpe a su bolsillo y sus familias que han visto cómo poco a poco dejan de obtener un buen ingreso por su pesado trabajo.
Explicó que las autoridades municipales saben de esta situación, pero a la fecha no han querido poner orden, sino que alientan una práctica que para ellos es simplemente una “competencia desleal”.
Todos ellos realizan una labor que no es para nada fácil, lo mismo se exponen al frío que al calor y la lluvia, por lo que las enfermedades en ellos es algo que les resulta común.
Tampoco forman parte de las listas de beneficiarios de programas de respaldo y beneficio social y eso que varios de ellos han intentado ingresar, pero han tenido la mala suerte de ser rechazados.
