Localizado en el corazón de la ciudad, la historia del Templo de San Diego de Alcalá se remonta al Siglo XVII con la llegada de los Franciscanos Descalzos o Dieguinos.
Ante de 1780 ya había un convento y templo en el lugar, sin embargo, se tuvo que elevar el nivel de las construcciones por uno de los principales problemas que ha sufrido la ciudad a lo largo de su existencia, las inundaciones y con ello la pérdida de seres humanos y materiales.
Fue precisamente en 1694 cuando fue sepultado el primer nivel y en 1784 fue construido el edificio que se ha mantenido a lo largo de los años y que actualmente llama la atención por su arquitectura, es uno de sitios más concurrido por los visitantes.
El convento que se encontraba fue demolido en el Siglo XIX, a raíz de ese suceso se levantó el hotel “El Emporio”, que estuvo a disposición durante un tiempo, unos años después fue derrumbado para construir uno de los teatros más bellos de México, el emblemático Teatro Juárez.
El Templo de San Diego de Alcalá tiene una fachada estilo rococó o barroco tardío, del centro del país. En el interior del edificio religioso se encuentran una serie de pinturas virreinales y deciminómicas. También se encuentra una columna salomónica que se cree perteneció a uno de los retablos que estaban antes de la catástrofe de 1780. La columna tiene una guía vegetal y fue encontrada en el campanario del actual inmueble.
