El Jardín del Cantador, llamado así porque en el lugar que ocupa este espacio recreativo se encontraba la hacienda de beneficio de José Carpio, un joven que se dedicaba al oficio de la música y animaba con sus cantos a la población.
Se dice que luego de que su padre sufriera un accidente en la mina, él tomó su lugar. Poco a poco acumuló dinero hasta que pudo adquirir la propiedad en la que subsistió el resto de sus días.
Tras su muerte cambió de propietarios; sin embargo, los pobladores de aquella época le llamaron ‘El Cantador’ en su honor.
En 1898 se construyó el jardín que cuenta con cuatro puertas, un kiosco, dos fuentes y un estanque para patos. El espacio era el lugar de reunión de los guanajuatenses que esperaban la llegada de sus parientes que se trasladaban hasta la ciudad en ferrocarril.
En el 2010 fue rehabilitado y se instalaron bustos de bronce de personajes ilustres guanajuatenses: Jorge Ibargüengoitia, Ponciano Aguilar Frías, Florencio Antillón, Josefa Teresa de Busto y Moya, José Chávez Morado, Enrique Ruelas Espinosa, Armando Carrillo Olivares, José María Belaunzarán, Alfredo Dugés, Agustín Lanuza Romero, Manuel Leal Guerrero, Isauro Rionda Arreguín, Lucio Marmolejo, Sóstenes Rocha, Euquerio Guerrero López, Antonia del Moral y José Mariano Sardaneta y Llorente, entre otros.
