Aunque el Sistema Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Simapag) suministra el líquido a cerca de 140 mil capitalinos, aún carecen del servicio alrededor de 11 mil personas que habitan en la zona urbana.
José Lara Lona, director del Simapag, comentó que al cierre del 2014 se contabilizaron alrededor de 700 nuevas tomas, para llegar a las 36 mil cuentas en la ciudad.
“Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) cada toma beneficia a cuatro personas.
“Así que todavía tenemos un déficit de cobertura de alrededor del 8 por ciento de la población de la zona urbana, así que estamos trabajando fuertemente para brindar el servicio”, indicó el titular del Simapag.
Señaló que la irregularidad en la tenencia de la tierra está entre las principales dificultades que impiden brindar el servicio, al no poder generar infraestructura hidráulica en esas zonas.
“La regularización de predios es algo que no nos compete, así que tenemos que trabajar con áreas como Desarrollo Urbano para que se cuente con el programa adecuado para la regularización y que nosotros podamos prestar el servicio”, refirió.
Dijo que en aquellos sitios donde no hay infraestructura hidráulica, el principal método de abastecimiento es mediante pipas.

A precio de ‘oro’

Quienes batallan por el suministro de agua potable, son los habitantes de la periferia quienes tienen que pagar a precio de “oro” el agua de las pipas.
Hace 22 años llegó a vivir a Las Águilas Felipa Martínez, desde entonces la única fuente de abasto de agua es mediante pipas. Líquido que nadie sabe de dónde llega.
“Nos trae el agua la pipa, el tambo nos lo llenan con 18 pesos, antes costaba 15 pesos, a la semana me gasto tres y cuatro tambos”, indicó.
Así que a la semana la familia de Felipa gasta alrededor de 80 pesos en agua de pipa, la cual se utiliza para comer, aseo personal y lavar la casa.
En El Edén la situación es similar, la gente tiene que comprar agua de pipa, aunque si no llega las familias tienen que recolectar agua de ríos y arroyos cercanos.
En esta colonia habita Martina Mosqueda Hernández, quien señala que el tonel lo llena la pipa con 12 pesos, cuando antes costaba 10 pesos.
Indicó que los niños los tienen que enviar limpios a la escuela, pero no siempre hay agua, así que llegan las quejas de los maestros.
Por su parte Andrés Hernández, vecino de El Edén, recordó que cada que hay elecciones los políticos prometen suministrar agua, pero cuando llegan al “trono” tienen amnesia.

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