El basurero municipal está fuera de toda norma, pues desde hace meses no hay separación de los desechos sólidos: los residuos peligrosos de clínicas se mezclan con los cadáveres de perros del Antirrábico y restos de ganado del Rastro Municipal, lo que representa un riesgo para los pepenadores.
Agujas usadas, medicamentos y recipientes con sustancias peligrosas se mezclan con botellas de plástico, cartón, latas y todos los materiales que son reciclados por los trabajadores del tiradero, quienes ya han registrado accidentes.
“Sí ha habido pinchaduras de la gente con las agujas pero yo no veo interesado al director (de Protección al Ambiente, Omar Saldaña Díaz) por hacer algo. Vamos a pegarnos a Guanajuato a la Secretaría del Medio Ambiente a ver qué nos dicen”, dijo Abel Balderas Ramirez, presidente de la asociación de pepenadores Lázaro Cárdenas del Río.

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