Con una fe inquebrantable, Felipe Tinoco Guerra ha dedicado su vida a impulsar las tradiciones de la religión católica y ha sido incansable protector del buen estado físico de la Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato.
Cuando tenía alrededor de 5 años de edad apoyaba como acólito en el Templo de San Sebastián, con sacerdotes como el padre Pedro Barrón.
Desde entonces se mantiene unido a la Iglesia, con el tiempo fue impulsor de tradiciones como el Viacrucis de San Sebastián.
Con el tiempo se casó y tuvo hijos, sin que esto fuera motivo para dejar de participar en las labores de la Iglesia, así, cuando salía de trabajar de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), por las tardes acudía a la Basílica Colegiata para pulir el piso, atender el sistema de cableado de energía, etc.

.¿Cómo llegó desde niño a participar en el Templo de San Sebastián?
. Yo vivía cerca, tenía alrededor de 5 años, íbamos a misa y me surgió la inquietud de estar en el templo.

.¿Hace cuánto llegó a la Basílica?
. Llegué cuando estaba el padre Rangel Camacho, aquí incursioné queriendo ser monaguillo, aunque como tenía alrededor de 13 años, empecé a apoyar en cuestiones como contar la morralla.

.¿Qué satisfacciones le ha dejado pertenecer a la Iglesia Católica?
. La mayor satisfacción es que, aun cuando sea el peor pecador del mundo, sigo aquí en la iglesia, es una pregunta que me hago constantemente. Y a diario puedo hablar aquí con Dios.

.¿Cuál es su función en la Basílica Colegiata?
. Primero comencé dando mantenimiento, hacía de todo, desde dar mantenimiento eléctrico, pulir el piso, limpiar candiles, es algo pesado que hago solo.
Los sacerdotes vieron desde un principio que era útil, así que desde entonces me he mantenido, primero como apoyo gratuito, actualmente me dan un sueldo. Aquí tengo toda una vida.

.¿Qué significa para usted esta casa de Dios?
. Siento que aquí (la Basílica Colegiata) es un refugio para mí, hasta le he dicho al Señor que cuando me llame, sea cuando esté aquí, sentadito o como sea pero que esté aquí pero él no cumple gustos pero me siento bien.
Al tocar los vasos sagrados cuando están en el altar, cuando los guardo lo hago con el cuidado debido, cuando los tengo que tocar con las manos siempre pido permiso a Dios.

.¿Fue también iniciador del Viacrucis de San Sebastián?
. Sí, ahí el padre Guadalupe Fonseca me nombró el primer ‘Cristo’ que tuvo San Sebastián, hace aproximadamente 28 años.
Después inicié con una pastorela y una posada en vivo, así como el rosario viviente en octubre y adornar las tumbas en Día de Muertos.

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