Con más de diez puestos en el Jardín Padre Hidalgo, arrancó la tradicional venta anual de alfeñiques del Día de Muertos; en el lugar hay personas que llevan más de 40 años vendiendo sus dulces artesanías.
“Es un trabajo laborioso”, asegura María Guadalupe Torres González, artesana del alfeñique que desde la década de 1970 instala su puesto para vender los dulces que prepara con seis meses de antelación.
“Se elaboran con buen tiempo, yo empiezo medio año antes de la vendimia”. El proceso es tardado porque cuando se maneja la pasta hay que dejarla reposar para seguirla modificando.
“Debemos tener azúcar glas, grenetina, limoncito, colorcitos, para poder empezar. Una gallinita se hace con una tortillita de pasta en un molde y se deja secar un día, al otro se le pegan las partes de la gallina para irla formando, al otro se le adorna con plumas, cresta y piquito”.
Y aunque el tiempo de preparación siempre es el mismo, lo que ha cambiado es el modo de prepararlos y el tipo de dulces que ahora se vende. “Antes todo se hacia a mano, ahora usamos moldes. Antes sólo se hacían las figuras tradicionales, ahora hay que hacer lo que les gusta a los niños, las figuras de moda”.
María Guadalupe asegura que también ha cambiado su mercado, pues ahora son los niños los que más compran sus artesanías.
“Ya está un poco triste, esto se está perdiendo poco a poco. Antes sólo salíamos tres días y en esos se acababa todo, ahora salimos casi un mes y la venta está muy pobre”.

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