Tras 18 años de padecer insuficiencia renal, un trasplante de riñón le cambió la vida a Oscar González Martínez, quien es miembro de la asociación Ayúdame.
“Ha sido un cambio rotundo, ya no siento dolores”, asegura Oscar, quien desde hace 8 meses tiene un nuevo riñón, donado por su hermana mayor.
Aunque Oscar padece la enfermedad desde los 7 años, fue desde los 22 cuando le vinieron complicaciones y tuvo que ser dializado.
“Al dializarse se siente dolor, no puedes trabajar ni realizarte como persona”. Señala que cada tratamiento, que consiste en una limpieza de los riñones con agua especial, puede durar hasta 40 minutos. Un dializado debe hacerse el tratamiento al menos cuatro veces al día.
Además de incómodo, el tratamiento es caro. Cada caja de aguas puede cuesta al menos 200 pesos, y usan al menos 4 semanales, un gasto de 800 pesos.
Aunque Oscar es beneficiario del IMSS, asegura que la mayoría de las personas de la asociación no cuenta con ningún tipo de seguridad social.
“Esta enfermedad es muy cara. Un medicamento como la hemopoyetina, que debes inyectártela para que tener más sangre, cuesta 4 mil pesos y dura un mes, a veces menos”.
Tras recibir el órgano, estuvo en observación por e meses, durante los cuales evolucionó satisfactoriamente. Ahora puede volver a trabajar, estudiar y salir a la calle.
“Es una vida nueva. Soy una persona normal, puedo trabajar, estudiar, salir, y con la diálisis no, tienes que estar en casa a cierta hora para el tratamiento. Me siento al 100, de maravilla”, dice Oscar con una carcajada.

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