Más de 30 familias del fraccionamiento San José de Badillo son afectadas por las montañas de basura que permanecen a cielo abierto en el tiradero municipal; dicen que en tiempos de calor el hedor es insoportable.
En temporada de viento, en la casa de María llueve basura: bolsas de plástico y papel son arrastrados por los ventarrones desde las cimas de los cerros de desechos hasta adentro del fraccionamiento.
La mayoría de la basura queda atrapada entre matorrales y mezquites; sin embargo, algunos llegan hasta las viviendas, cuyos habitantes tienen que removerlos constantemente.
“Sobre todo en temporadas de vientos, de calor y de lluvias se pone peor. Cuando hay viento todo vuela para acá, en el calor el olor qe no se soporta y en las lluvias toda el agua sucia del basurero corre para acá”.
En el fraccionamiento irregular viven cerca de 30 familias aunque hay más casas que han sido abandonadas porque las familias no soportan vivir en esas condiciones.
“Mucha gente no aguanta y mejor se va, porque ahí el olor sí es insoportable”, dice María.
