Dos habitantes de la comunidad Estancia de Zamarripa están desaparecidos desde hace nueve meses, cuando salieron hacia Estados Unidos en busca del ‘sueño americano’.
La mañana del miércoles 9 de octubre de 2013, Arturo Ortega de 34 años, desayunó con su esposa y se despidió de sus dos hijos con un beso en la frente, luego tomó una mochila ligera y salió rumbo al norte, ya no volvió.
Arturo contrató a Martín Rangel, un coyote de la misma comunidad para llevarlo, junto con otras personas de San Felipe, a cruzar la frontera con Estados Unidos.
Aquí, Arturo tenía una vulcanizadora a pie de la carretera Dolores-San Felipe, en San Elías, donde llegaban clientes muy de vez en cuando y que desde su desaparición, permanece cerrada.
La última vez que supieron de él fue cuando cruzó la puerta de la casa, dijo su hermana, quien aseguró que la familia ya puso una denuncia por extravío en el Ministerio Público y han acudido a la Instancia Municipal de Atención al Migrante pero no ha habido respuesta.
Su hermana teme que Arturo y el coyote, que también dejó familia en la comunidad, hayan sido víctimas del crimen organizado en su camino a Estados Unidos; sin embargo no pierden la esperanza, dice confiar en “que Dios los traiga sanos y salvos”.
La mujer consideró que “si el gobierno fuera recio con sus leyes no habría esta ola de inseguridad y secuestros, todos son corruptos”.
Dijo que no es la primera vez que Arturo viaja de indocumentado pero la vez anterior lo hizo antes de cumplir los 20 años.
Deja a dos hijos
Desde que Arturo desapareció, la vida de su esposa y sus dos hijos de 14 y 7 años ha sido más complicada pues sin el sustento de su esposo, la mujer ha tenido que pedir ayuda a sus familiares para mantener a sus hijos en la escuela, no ha encontrado trabajo.
