En algunos textos sobre la historia de la ciudad de Guanajuato se hace referencia a que la Presa se empezó a construir en 1741 y concluyó en 1749. La mitad de los gastos corrió a cargo de la familia Sardaneta Legaspi, dueños de la mina de San Juan de Rayas. Antes de su construcción, el suministro del agua era de la Presa del Tablón.
Fueron varias las causas que influyeron para la realización de la conocida apertura de la Presa de la Olla. Por una parte, la limpieza del río que era el canal de desagüe, pues en temporada de calor generaba muy mal olor. Además de que los propietarios que vivían cerca del río y la presa tiraban basura, lo cual obstaculizaba el libre paso de las aguas.
En temporada de lluvia se desbordaba el agua causando inundaciones, desgracias y pérdida de vidas. Fue entonces cuando los vecinos de la calle de Alonso se dirigieron al Ayuntamiento para solicitar la liberación del líquido, con el objetivo de evitar inundaciones y mantener limpio el cauce.
El paseo de la Presa de la Olla, como es conocido hoy en día, está rodeado de casas de campo de la burguesía guanajuatense de aquella época, su belleza natural atrajo la atención de los ciudadanos, quienes asistían a la apertura para ver el mágico espectáculo.
Por lo que respecta a las Fiestas de San Juan, los feligreses se encomendaban a San Juan Bautista, Santo Patrono venerado el 24 de junio.

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