El vandalismo, graffiti y las adicciones, son un evidencia innegable en colonia Las Teresas, una de las primeras de la periferia de la ciudad, donde hay constante flujo de vehículos y peatones por sus calles bordeadas por cúmulos de apartamentos y casas de interés social.
La colonia Las Teresas es colindante con la zona de Marfil, se ubica en la zona surponiente de la mancha urbana y es una de las de mayor flujo vehicular y de personas, cuenta con todos los servicios, agua potable, energía eléctrica, drenaje sanitario y pluvial, así como pavimentación de la totalidad de sus calles.
Sin embargo, en sus muros y aceras, es evidente el descuido que hay en su infraestructura, las paredes de casas, negocios y escuelas están repletas de pintas clandestinas de aerosol, rayones en cada esquina, rejas de drenaje incompletas y aceras descuidadas, así como alumbrado público deficiente y un salón de fiestas, que a decir de vecinos les impide descansar los fines de semana cuando además de festejos seguro hay pleito.
La dependiente de la pollería asegura que no hay problemas en la colonia, que tiene 18 años en el lugar, pero mientras tanto frente a los negocios el muro de la escuela secundaria está plagado de pintas y, junto, un grupo de jóvenes permanece sentado viendo pasar los autos durante largo rato, en la esquina de la calle junto a un graffiti.
Dos mujeres que están en una tienda mencionan que a veces falla el alumbrado público y por las noches la colonia está muy oscura sobre todo en la calle Alonso Quijano, la principal de la colonia, “sí pasa la patrulla, se da sus vueltas”, aseguró la dependiente de la tienda.
Detrás del centro social “Las Teresas” desde un segundo piso una mujer responde al reportero sobre las molestias que le causa el salón de fiestas. “Es que voy a comer, argumenta para no salir de su casa, pero asegura que cada fin de semana hay fiesta y no puede dormir, además que frecuentemente los festejos terminan en riñas sin que haya habido en 20 años una solución”.
Los vehículos atestan los bordes de las calles en todas direcciones, llenan los cajones de estacionamiento y los contenedores de basura aunque vacíos evidentemente están descuidados, esto no le importa al hombre que se mete a uno de ellos junto a una tienda Bara, para pepenar junto con su perro, mientras uno de los colonos deposita sus desechos en el mismo contenedor.
Tranquilo, pero no
El salón pertenece al centro social “Las Teresas” y junto a este se encuentra un cancha de usos múltiples techada y tapizada de graffiti, donde un niño de estatura alta pero de rostro que no esconde sus escasos años saca un un envoltorio de plástico y varios papeles que contienen hierba seca, comienza a escogerla y enrolla una pizca en un papel blanco, lo enciende y fuma.
En una calle paralela, hay dos mujeres, una es cliente la otra dependiente, ninguna accede a dar su nombre al reportero, no hay problemas de nada en la colonia aseguran.
