Más de tres mil personas caminaron por las calles de la ciudad en el viacrucis viviente de la Parroquia de la Asunción, en un recorrido de 2.3 kilómetros que duró más de dos horas.
La representación comenzó con una misa a las 11 de la mañana en la Parroquia de la Asunción, entre las calles Puebla y Distrito Federal. En un tapanco del atrio parroquial comenzó el juicio al mesías.
Cargando la Cruz, Rosalío Rivas (intérprete de Jesús), caminó custodiado por guardias romanos hasta la calle Guanajuato, donde el grupo de más de mil personas reviró hacia la Parroquia de Los Dolores.
FUERZAS Y CORAJE
Con cada paso el peso de la cruz se resentía más, pero Rosalío sacaba fuerzas de coraje y del apoyo de las más y más personas que en cada calle se acercaban a la procesión.
Al llegar a la avenida Hidalgo comenzó lo más difícil: pasar por las prolongadas pendientes del río Batán y la avenida Sur, que fueron el suplicio del “Hijo de Dios” y los otros prisioneros que eran sádicamente azotados por los guardias.
LA FATIGA
Para cuando el grupo llegó a la colonia El Pretorio, Rosalío ya mostraba señas de fatiga, que no fueron aliviadas pues aún faltaba la prueba final, la crucifixión ante más de 3 mil espectadores que ya saboreaban un helado en la calurosa tarde.
La representación del viacrucis viviente terminó alrededor de las 3 de la tarde.
VIGILAN LOS VIACRUCIS
Además del viacrucis de la Asunción, la coordinación municipal de Protección Civil vigiló las procesiones de la Parroquia de Los Dolores y de las colonias Lindavista y Vistahermosa con 22 elementos, 2 ambulancias y 8 vehículos de rescate.
Ernesto Ramírez, coordinador de los rescatistas, informó que “hasta el momento no ha habido ninguna incidencia ni en carretera ni en la ciudad, tenemos un saldo blanco”, sin embargo aseguró que no bajarían la guardia, después de los viacrucis todos los elementos de Protección Civil se dirigieron a los puestos de guardia en las presas de la ciudad.
