Vendedores y habitantes de Valenciana, una de las zonas más conocidas y con mayor flujo turístico de la Capital, viven atemorizados por una familia que -a decir de entrevistados por a.m.- infunde el miedo en ellos mediante actos vandálicos sin que la autoridad municipal haga algo al respecto.
“Para qué denunciamos, si a las dos o tres horas están libres de nuevo. Golpean, roban, asaltan, se ponen a beber a media calle,  a drogarse y nadie les puede decir nada; todos son de la misma familia. Tenemos miedo, la gente tiene miedo de hablar”, comentó una persona entrevistada.
“Hace como una semana a un estudiante casi lo matan entre diez de esos; fue a dar al hospital y estuvo internado. El muchacho venía de trabajar, es un estudiante que trabaja para sacar sus gastos y su escuela; le quitaron todo su dinero y sus cosas”, continuó.
Pero no sólo estudiantes sufren el acoso de los integrantes de esta familia, también los comerciantes o turistas se ven afectados.
“A los turistas no los dejan en paz.
“Se les pegan para llevarlos a la mina y aunque les dicen que no, no los sueltan hasta que casi los obligan a ir o los niños les piden dinero y todo por las comisiones; los muchachos piden para su caguama y pobre de ti si no les das, y la Policía ni sus luces, ya no sabemos que hacer”, relató otra persona que se dijo inconforme.

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