El día más importante de su vida se hizo realidad al darse el sí definitivo ante Dios, familiares y amigos. Adriana Elizabeth Sandoval Caldera y César Cueto González  reconocieron el fuerte lazo que los une el uno al otro, por lo cual ambos decidieron dar un paso importante en su relación, casarse.
En la iglesia se prometieron amarse y respetarse durante toda su vida,  momento que además de ser especial para ellos, lo fue para aquellos que han presenciado su amor.
Luego de la ceremonia religiosa, los invitados disfrutaron de una tarde de fiesta en el jardín Primer Ligero. El lugar lució con un encanto romántico, antorchas que iluminaron el camino, y luces en las carpas donde se instalaron las mesas con arreglos florales.
Los novios recibieron regalos y abrazos por parte de sus familiares, pero muy especialmente de sus padres, Lourdes Caldera Nava y Santiago Sandoval Anguiano, papás de Adriana y de los papás de César, Cesario Cueto Romo y María C. González. Además de las hermanas del novio: Krishna, Diana y Lucero Cueto González, así como tíos, primos, sobrinos y amigos de la pareja.
La fiesta contó con la ambientación de un grupo, mismo que presentó música de varios géneros para el gusto de todos. Más tarde se partió el pastel y se hizo un brindis a la salud de los recién casados.
Luego los invitados disfrutaron de la tradicional víbora de la mar en la cual hombres y mujeres se reunieron para recibir el ramo y la liga de la novia  como una bonita forma de aspirar a encontrar el amor verdadero y cumplir su sueño como Adriana y César.

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