No es pequeña la Comisión Federal de Electricidad. En los nueve primeros meses de 2021 tuvo ventas por 434,814 millones de pesos, o 20,750 millones de dólares, con una pérdida neta de 28,853.9 millones de pesos, equivalentes a 1,374 millones de dólares. En su último año completo de operaciones, 2020, sus ingresos fueron de 502,859 millones de pesos, pese a la pandemia, mientras que en 2019 se elevaron a 560,034 millones de pesos.
La CFE no queda muy lejos en ingresos de Iberdrola, que tiene operaciones en España, Estados Unidos, el Reino Unido, Brasil y México, entre otros países. En los nueve primeros meses de 2021 Iberdrola registró ventas por 27,999.8 millones de euros, 31,614 millones de dólares. Pero en lugar de sufrir pérdidas, alcanzó un beneficio neto de 2,408.2 millones de euros, 2,718 millones de dólares.
La CFE vende menos, pero tiene muchos más empleados, de los cuales 94 mil están activos. Además, cuenta con 50 mil jubilados que cobran directamente en la empresa con una pensión promedio de 66 mil pesos mensuales. Gracias a un regalo del actual director Manuel Bartlett, quien echó para atrás un acuerdo logrado con el sindicato el sexenio pasado, los trabajadores de la CFE pueden jubilarse a los 55 años después de 25 años de trabajo o a cualquier edad después de 30 años de labor. Aunque opera en muchos países, Iberdrola cuenta con solo 39,569 empleados, 42% de los activos de la CFE. Los trabajadores de Iberdrola se jubilan a los 65 años, como cualquier trabajador, pero con cargo a los sistemas nacionales de pensiones. La CFE, asimismo, regala la luz a sus empleados, lo cual le costó 1,548.8 millones de pesos tan solo en 2018.
La CFE cobra una tarifa inferior a su costo de producción al 95% de los consumidores domésticos, lo cual la descapitaliza. A los consumidores tabasqueños, que habían dejado de pagar desde hace años por razones políticas, les condonó el adeudo con una pérdida de más de 10 mil millones de pesos.
El gobierno dice que es injusto que los consumidores domésticos de la CFE paguen más que las grandes empresas que compran electricidad a privados. No aclara que esto ocurre (aunque solo para el 5% que paga tarifa de alto consumo) porque los costos de la CFE son mayores. Más que impedir que las empresas gocen de una electricidad más barata y de mejor calidad, los consumidores domésticos deberíamos exigir beneficiarnos de los proveedores privados.
La CFE presume que entre enero y septiembre de 2021 inyectó el 55% de la energía limpia del sistema eléctrico nacional. Esta proviene de las hidroeléctricas, porque la CFE casi no tiene renovables, pero este porcentaje es resultado de que a los privados se les prohíbe vender a los hogares. En realidad, del total de capacidad de la CFE solo 37.2% es energía limpia. Iberdrola cuenta, en cambio, con 80% de capacidad propia en energía libre de emisiones y 74% en renovables.
La CFE podría ser una empresa de clase mundial. Era más eficiente que Luz y Fuerza del Centro, cerrada en 2009, pero para ser realmente competitiva necesita capitalizarse e invertir más. Debe cobrar precios realistas, que le dejen una utilidad razonable, y necesita una plantilla laboral más pequeña y un contrato sindical más justo.
Ninguna empresa se hará más productiva por convertirse en un monopolio. Todos necesitamos competencia para mejorar.
Disculpas
Dice AMLO que algunos empresarios le han ofrecido disculpas por la reforma eléctrica. Aunque “por dignidad” no los identifica, afirma que “eso habla muy bien de ellos”. Yo pienso que no hay razón para ofrecer disculpas por una reforma que permitió mayor inversión y generación de electricidad.
