Queridas víctimas de esta columna: hoy les comparto una historia complicada. En nuestro amado estado, los indicadores de muertes violentas no disminuyen al igual que los feminicidios y las desapariciones. Los malosos siguen haciendo de las suyas y no hay fuerza policial o militar que les contenga. El gobierno en sus tres niveles trata de contener, pero el poder criminal es mayor. El origen de la inseguridad, es claramente, un sistema económico que no crea las condiciones para que las mayorías tengan oportunidades, accesos, movilidad social. El delito es un claro reflejo del rompimiento del tejido social, donde todos somos responsables.

Para finalizar el año y saliendo de la pandemia, nuestra región tiene estadísticas poco alentadoras sobre criminalidad. Entre enero y octubre este año, en Guanajuato se perpetraron casi 2,300 homicidios intencionales. Esto equivale al 10.6% del total del País (somos el 8% de la población); en nuestro hermoso estado hay varios municipios que se consideran entre los más violentos del mundo y seguimos siendo la entidad con mayor número de homicidios dolosos en el País. Esta crisis de violencia no cede, y solo el año pasado, de acuerdo con el INEGI, se cometieron más de 5 mil homicidios intencionales.

Pero hoy me voy a referir a una de las soluciones y la que casi nadie le entra: la reinserción social de los NNA (niñas, niños y adolescentes), actores principales del reclutamiento por las organizaciones criminales. Dediqué mi vida a la educación con ellos desde zonas populares hasta universidades, pero en espacios de alguna manera, privilegiados, aún desde las Joyas o los suburbios de Ciudad de México o Guadalajara. Pero en donde está el desafío enorme, es en reducir la velocidad de inserción de NNA al crimen y en acelerar su reinserción a la vida digna, saludable y de trabajo.

Conocí la obra de los salesianos, Ciudad de Niño Don Bosco hace 40 años cuando era todavía un enorme orfanato. Hace 18 años, me pidieron ellos ayudar a crear un bachillerato para formar a quienes vivían en la obra y así propiciar una salida educativa para cambiar su vida. Pero el escenario fue cambiando en el País y el “sistema preventivo” de Don Bosco, enfocado al rescate de jóvenes en condiciones de riesgo, probando su eficacia entre NNA, comenzó a plasmarse en el rescate de muchos de ellos de las garras del crimen organizado. Y a esto, nadie le entra hoy.

Hay dos tipos de reclutamiento de NNA: el forzado y el no forzado, el primero es la trata de personas, privación de la libertad, amenaza y extorsión. El segundo, el no forzado, está enfocado al engaño, intimidación, chantaje, necesidad económica. En cualquiera de los dos, la vida de los NNA se extingue y entran a la prisión invisible del crimen organizado. Muchos quieren salir, pero pocos lo logran y no hay en nuestra región, una institución que les ayude. Solo Proyecto Niños Don Bosco.

La violación de la ley, la trasgresión normativa que hacen NNA, se puede explicar hoy en algunas de estas tres causas: trastornos psicológicos de tipo psicopático, características genéticas y antropológicas y el que los adolescentes son completamente libres en su actuar. Los tres, resumidos en la falta de un proyecto de vida. Y aunque se han creado políticas públicas que entienden de alguna manera el fenómeno y la perspectiva, las soluciones vienen de funcionarios formados en la cultura de la reacción, pero no de la prevención ni la pedagogía. Y aquí está el problema.

Aunque los elementos individuales tienen un papel muy importante, solo la justicia social genera condiciones que protegen los derechos de los NNA y al mismo tiempo reducen los factores de riego. Dedicaré desde esta obra educativa, más años de mi vida al proceso de reinserción social de quienes quieren escapar de las garras del crimen. Pero para ello requerimos no solo un exhaustivo proceso de diagnóstico estatal cuantitativo y la implementación de metodologías participativas, para seguir teniendo resultados en la disminución de delitos y conductas antisociales. Requerimos para ello, recursos, pues el modelo que tenemos de reinserción de NNA en condiciones de riesgo implica que vivan en la ex Hacienda de Santa Rosa y mantener el ecosistema de salvación que necesitan. No será fácil. Nadie le entra a esto. Requerimos de tus ideas y ayuda.

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