El ring del MGM Grand Garden Arena en Las Vegas está listo para recibir a Saúl “Canelo” Álvarez y Caleb Plant, protagonistas de la pelea que este sábado pondrá en juego el campeonato mundial absoluto de los pesos supermedianos.
De 31 años, el “Canelo” es quizá el pugilista mexicano más representativo de los últimos años, y si bien la afición al boxeo ha seguido de cerca su ascenso meteórico, así como sus excentricidades económicas, poco se sabe de las condiciones que el boxeador “noqueó” en su infancia y juventud.

Nacido en Jalisco, Álvarez pasó allí la mayor parte de su infancia tras regresar de Michoacán, y fue ahí, en tierras jaliscienses, donde el pequeño Saúl aprendió no sólo de boxeo, también el valor del dinero y el trabajo que lo llevaría de vender paletas a ser multimillonario.
Santos Álvarez, padre del “Canelo”, emprendió un negocio de venta de aguas, helados y paletas y el pugilista trabajó con él desde temprana edad. Según se ha señalado en algunas entrevistas, Saúl vendía paletas en los camiones cuando apenas tenía cinco años.
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SHOWTIME Boxing (@ShowtimeBoxing) October 20, 2021
Sus primeras experiencias laborales no fueron del todo positivas, pues su papá contó que en alguna ocasión regresó a casa con las paletas derretidas, pero mejoró con el paso del tiempo e incluso llegó a ganar 700 pesos a la semana.
Ese fue el primer salario fijo que obtuvo el “Canelo”, quien trabajó en el negocio familiar (que aún existe) durante más o menos 15 años, una labor que combinó con sus entrenamientos de boxeo que, a la postre, le permitirían conseguir cuatro títulos mundiales en cuatro distintas divisiones y amasar una fortuna que se dice, llega ahora a los 140 millones de dólares.
