León, Guanajuato – Lilia Ordaz trató de posponer la vacuna SputnikV contra el COVID lo más que pudo, dejó pasar viernes, sábado, domingo y el lunes que acudió se le hizo dificil a la enfermera hasta que por fin la picaron.
Sus amigos la levantaron temprano, no fueron a su trabajo y se formaron en Plaza Venecia, la ansiedad se convirtió en miedo y sudor frío luego de dos horas de espera, sentarse y estar a unos instantes de vacunarse.
No espérate, me da miedo”, gritó Lilia Ordaz a la enfermera que sostenía la dosis de la vacuna rusa.

Con un intento de sofocar el temor movía piernas y brazos por el terror que le causan las agujas, pero era inevitable, la enfermera ya le había advertido que ya no se iría.
Suelta el grito al sentir el piquete de la aguja
Lilia requirió el apoyo de su amigo para poder vacunarse, lo abrazó, volteó la cabeza y se dejó pinchar por la enfermera, que tras unos segundos terminó de aplicarle la dosis.
Un grito forzado y temblor luego de la aplicación dejó a Lilia con las piernas temblorosas a punto del llanto pero blindada contra el COVID.
No sé cómo va a ir la segunda dosis, no quiero pensar en eso”, dijo para am la jóven veterinaria quien dijo que era venganza de todos los perritos y mascotas que ha vacunado.

“Es diferente, ellos no se dan cuenta yo ya había visto la aguja”, lanzó riendo de nervios.
Lilia vive en Brisas del Lago y aseguró que el camino a vacunarse fue de pensar en lo que estaba por enfrentar, un miedo que la persigue desde pequeña pero enfrentó como una campeona.
Ya me siento mejor, ni me duele nada fue más la tensión de saber que me inyectaran, si había otras personas que gritaban pero para mi si fue una lucha”, finalizó.
Tras la aplicación sus amigos la llevaron a casa, listos para contar en la siguiente reunión como el escándalo de Lilia casi los deja sin vacuna.
Jóvenes papás acuden a vacunarse contra COVID con todo y la ‘bendición’
Otros que no sintieron temor, pero sí preocupación de no saber dónde dejar a su pequeños, tuvieron que cargar en brazos a sus niños.
No había con quien dejarla, los dos trabajamos y mi esposa ya se vacunó ayer me tocó justamente para que ella no se preocupara”, explicó Sergio Aguirre quien cargó con pañalera rosa y su bebita hasta ser vacunado en el punto de Poliforum.
En Imss T1 y Outlet Mulza también hubo quienes por temor casi abandonan la aplicación, lo mismo padres jóvenes, que se cargaron de todo para que el bebé o niño no se desesperara.

La ventaja es que están aplicándola rápido, sino traerlo por más de dos horas a este sitio sí los pone de malas y podría aguantar por la vacuna pero no es justo para los bebés”, explicó Iván, acompañado de sus esposa quien no tenía seguridad de aplicarse la SputnikV por temor.
PCCD
