Celaya, Guanajuato.- El Maestro Guillermo Ernesto Hernández Luna nació en Celaya, fue un maestro siempre dedicado, profesional, amable y comprometido, siempre veía por sus alumnos primero que nada y en todo momento buscó cómo ayudarlos a que crecieran bien, con metas y sueños.

Hernández Luna es uno de los 88 docentes que han fallecido por COVID-19 en el estado. Nació en Celaya un 25 de junio de 1961, sus padres, Gaspar Hernández y Jovita Luna Flores.

Fue el más chico de dos hermanas y el único hombre, sus hermanas Martha Patricia Hernández y Amparo Jovita Hernández lo recuerdan como un hombre que siempre veló por su familia.

Se casó y tuvo cuatro hijos: Viridiana del Rocío, Diego Ernesto, María Concepción Eizabeth y Miguel Ángel.

Su primer empleo como docente lo dio en la comunidad de “El Toro”, en Tarimoro, después estuvo en escuelas de comunidades como Canoas y Juan Martín, Salvatierra y, finalmente, la última escuela en la que estuvo fue la Telesecundaria 72 en “El Puesto”.

30 años de servicio

Se recuerda con orgullo que recibió su medalla por 30 años de servicio docente, llegó hasta los 36 como maestro, y esperaba con ansias la medalla por los 40 años, pero lamentablemente esto no pudo ocurrir.

La vocación de mi hijo nació porque desde niños me veían que trabajaba como docente, ellos vieron desde niños, yo fui maestra de comercio, en aquel tiempo era de las carreras más cortas, un día me dijo, yo quiero ser maestro, él tuvo problemas de niño por la ausencia del papá y se identificó conmigo, el trabajo que se les inculcó desde niño”, comentó su mamá Jovita.

Resaltó que como hijo era una persona que se preocupaba y velaba por sus hermanas, por la familia, aunque fuera el menor y el único hombre.

Su hermana Amparo contó que cuando él se divorció, hizo una muy buena mancuerna con ella y siempre andaban juntos; comíamos, nos divertíamos, todo siempre juntos.

Él amaba mucho su profesión, siempre se interesaba en todo, lo que se le hacía difícil preguntaba, siempre interesado por cada uno de sus alumnos, sobre todo cuando algún niño tenía alguna limitante del aprendizaje, yo trabajo en educación especial y me decía, dime cómo le hago, siempre estuvo muy interesado en que los niños salieran adelante, también se preocupaba por sus compañeros, mucho, mucho”, contó su hermana.

Además, siempre veló por sus compañeros, ofreciendo su camioneta para llevarlos, o si sufrían una enfermedad los visitaba y se preocupaba por que estuvieran bien.

Mi hermano me tomaba muy en cuenta, cuando fuimos a su escuela para el homenaje a mi hermano, me reconocieron, él les hablaba de mí, y estoy muy agradecida por eso”, externó con la voz entrecortada.

Ma. Isabel León ahora es supervisora, pero antes fue docente y directora y contó que desde hace más de 25 años lo conoció.

Él ya trabajaba en el puesto, en la telesecundaria 72, llegó como compañera docente, lo conocí muy altivo, muy dispuesto a ayudar, pero siempre tenía tiempo para los alumnos, apoyar a la dirección, apoyar a los maestros, él andaba de un lado para el otro, después yo me voy de directora y se me da el tiempo de regresar, y yo lo veía que con gusto recibía el grado que se le diera, pero en especial primer grado, por el interés de impulsar a los alumnos, por darles las bases”, comentó.

Siempre interesado por los alumnos, y con gusto le mostraba los avances de cada niño.

Él leía, estudiaba para entregarse a los alumnos, les dedicaba tiempo y espacio a los niños, en especial a los que tenían problemas de aprendizaje, le gustaba estar de aquí allá, tener amigos, socializar”, resaltó la supervisora.

Era un maestro con una alegría y un gusto por el aprendizaje, y eso lo transmitía, siempre con una sonrisa, siendo una persona muy agradable.

Mientras que su hermana Martha, contó que su hermano fue un hombre muy soñador, creativo, desde chico tenía ideas por desarrollar, como crear una institución que ayudara a las personas que no puedan acceder al servicio.

Era un hombre creativo, soñador, honrado, sonriente, siempre veía las cosas positivas, yo no soy maestra de profesión pero fue el primero en impulsar en buscar esta ocupación, él me dio la noticia de incursionar en el Sabes, donde el perfil es diferente, a él le debo el descubrir la vocación hacia el magisterio y le honro y espero que le llegue todo este amor que le tenemos, un hombre de familia, era lo más importante, la familia, los valores y la unión”, resaltó. 

Solo una gripe 

También contaron que él no era muy afecto a ir al doctor, y cuando empezó con síntomas, dijo que era una gripe.

Fuimos a un doctor, le mandaron a hacer análisis, se siguió sintiendo mal, fuimos a otro doctor, le volvieron a hacer análisis y de ahí, tuvo que ser internado, infortunadamente no llegamos al lugar correcto, porque el médico que lo recibió no nos dijo que era COVID hasta después de tres o cuatro días, él tenía resistencia de ir al ISSSTRE, y nos movimos para llevarlo a otro lugar, en el hospital civil, con ayuda de la familia y no familia, llegó ahí, duró un fin de semana, tenía un buen pronóstico, tuvimos la oportunidad de hacer una videollamada o dos, lo vimos bien, tenía muy buen pronóstico y el 18 de diciembre que salimos de vacaciones, yo ya le decÍa hermanito, ya vámonos a la playa, que era un tradición que teníamos en esas fechas, apúrate, le dije, e infortunadamente al día siguiente, el 19 de diciembre, él se fue”, contó su hermana

El 9 de diciembre del 2020 fue cuando empezó con los síntomas, además su mamá y su hermana también padecieron de COVID, por eso piden que la gente se cuide.

Finalmente coincidieron que se le recordará como fue en vida y que las personas buenas, se van derechito al cielo, y ahora son abogados que piden por ellas, ya que su misión la cumplió al 100% y en el cielo seguirá con sus proyectos de ayudar a la gente.

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