Las frecuentes inundaciones en periodo de lluvias en esta, la Ciudad de los Cueros, nos recuerdan lo vulnerables que somos los seres humanos frente a los eventos extremos. Lo mismo, focos de contagios por COVID 19. Si bien existen instituciones, normas, capacitación, tecnología, nunca se puede decir que estaremos suficientemente preparados. Los conceptos de riesgo y de vulnerabilidad están íntimamente ligados. Vulnerabilidad es la probabilidad de que una persona o colectividad o ecosistema se vean expuestos a un riesgo (es la consecuencia de los eventos críticos). Por ejemplo, para una persona que frecuentemente conduce a altas velocidades sin colocarse su cinturón de seguridad, su percepción del riesgo al conducir rápido es baja o inexistente. Es vulnerable a una posible colisión, pero no lo percibe de esa manera.
La prevención en una ciudad inicia elaborando Mapas de Riesgos y claro pasa por la educación, la difusión y acciones preventivas. Pero ¿Qué es un Mapa de Riesgos? Es un estudio que describe la vulnerabilidad que tiene una colectividad, ciudad o nación frente a eventos extremos. Estos mapas apenas se desarrollan en México; la cultura de prevención de desastres y la realización de estudios en vulnerabilidad también apenas comienzan. A nivel estatal todavía no contamos con un Mapa de Riesgos y el nuevo Código de Ordenamiento Territorial nos deberá llevar a ello.
¿Es posible entonces que sucedan eventos catastróficos en León? ¿Es probable que se repitan cada año graves inundaciones? ¿se puede saber dónde están los focos de contagios por COVID 19? Por supuesto. Son muchas las áreas potenciales y reales de riesgos que tiene la ciudad incluyendo lluvias, granizadas, sequías, explosiones, aglomeraciones, torbellinos de aire, explosiones en depósitos de químicos, contagios masivos, incendios en relleno sanitario, proximidad de gasolineras, nodos de accidentes viales, eventos críticos, contaminación por cromo, etc.
Corresponde a la autoridad en sus tres niveles de gobierno el que se realicen Mapas de Riesgos, que sean verdaderos especialistas quienes los realicen, pero la consecuencia debería ser que se den a conocer los estudios ya realizados para que nosotros, la ciudadanía, desarrollemos la cultura de la prevención. En el Mapa de Riesgos de León realizado para el IMPLAN (Instituto Municipal de Planeación) desde el CIATEC, enumeramos un listado de variables críticas. Ahora incluso con la ayuda de sistemas de información geográfica, se puede prever la ocurrencia de fenómenos perturbadores de tipo geológicos, hidro meteorológicos, químicos, sanitarios-ambientales y socio-organizativos, para que se logre disminuir sus efectos sobre la población y sus bienes.
Haciendo un sondeo entre organizaciones y personas, comprobamos que en la ciudad no se sabe que tenemos un Mapa y no tenemos idea de los “focos rojos” ni su localización. En León están bajo riesgo la población, edificaciones y obras civiles, actividades económicas, servicios públicos e infraestructura, expuestos en un área determinada. El riesgo es el número de pérdidas humanas, heridos, daños a las propiedades y efectos sobre la actividad económica que tendríamos debido a la ocurrencia de un evento desastroso. Sabemos que los agentes perturbadores que originan los desastres se dividen básicamente en dos: fenómenos naturales y los provocados por el ser humano. Los fenómenos naturales pueden ser de dos tipos: geológico como sismos (estamos lejos de placas tectónicas), maremotos (no tenemos mar), vulcanismo (como los de esta semana en San Felipe y los poten iales en la zona del Gigante), deslaves (no tenemos agua) y colapsos del suelo (eso sí: estamos extrayendo mucha agua), hundimiento y flujo de lodo; e hidrometeorológico como ciclones, huracanes, inundaciones pluviales (como la de 1888 y 1926), inundaciones fluviales (a veces el Río amenaza con desbordarse), contagios por COVID 19 en eventos masivos, tormentas de nieve (nunca las veremos), granizo (es frecuente) y temperaturas extremas. Todos estos son poco probables en León salvo: inundaciones y sequías que sí ocurren. El actual Mapa de Riesgos debería ser actualizado y difundido. Por eso la necesidad de que la ciudadanía conozca los resultados de estos estudios y que esto sea la base para formar una cultura de prevención y de acción ciudadana en caso de desastres, pues siempre es mejor prevenir que lamentar antes de que explote el cohete&.
