La suma de esfuerzos individuales y algunos proyectos colectivos pueden salvar la segunda mitad del sexenio. Contra viento y marea, sin escatimar tiempo ni esfuerzo, tendremos que enfrentar la adversidad y convertirla en oportunidad. No nos queda de otra. 

Elon Musk, el genio que transforma al mundo lo dice con simpleza asombrosa: hay que comenzar el día imaginando el futuro para crearlo y no sumirnos en los problemas que nos aquejan. Una actitud positiva renueva el espíritu. Cuando pensamos en todo lo que podemos crear y transformar a nuestro alrededor, surgen oportunidades que no habíamos visto antes. 

Elon Musk estuvo a unas pocas semanas de quedarse sin dinero en su empresa Tesla de California. El modelo 3 no avanzaba en la línea de producción  y decidió mudarse a la fábrica. Durante varias semanas trabajó hasta 90 horas para eliminar los cuellos de botella. Además de genio, el empresario mostró sus cualidades de líder, de capitán de un barco que no se podía hundir. En una entrevista comentó lo difícil que fueron esos días y no recomendó hacer lo mismo. 

El premio fue enorme. En pocos meses su empresa multiplicó su valor por diez, Musk se convirtió en el segundo hombre más rico del planeta después de Jeff Bezos y ahora prepara el futuro interplanetario de la humanidad. 

En Alemania pusieron en alerta a las empresas de producción y distribución de energía porque Tesla tiene el software más poderoso para crear un mercado eléctrico en ese país y en Europa. Si su proyecto fructifica, cada casa y edificio con un techo puede convertirse en un comprador-vendedor de electricidad. Como sucede ya en México con los hogares y empresas que compran y venden electricidad a la CFE  con un medidor en dos sentidos (gracias a la reforma eléctrica) . 

La diferencia serán las baterías, tecnología que también domina Tesla. Si las celdas solares pudieran almacenar en ellas la electricidad que producen, los hogares podrían vender sus excedentes en horas pico, justo cuando el kilowatt-hora vale más. El secreto está en el software que automatiza una subasta perpetua de energía entre consumidores que a la vez son productores y vendedores. Todo de forma transparente y automatizada.

Un analista cree que el negocio de Tesla será pequeño comparado con las posibilidades de un mercado universal de energías limpias. Musk cambió, él solo, toda la industria automotriz. 

Hace diez años el director de VW aseguraba que los autos eléctricos eran un asunto lejano. Hoy su empresa trata de recuperar el tiempo perdido, como lo hacen todas las grandes armadoras. A México también le llegará la realidad cuando nos digan que nuestras exportaciones tendrán una carga de impuestos internacionales por producir energía con combustibles fósiles. 

Después de la pandemia, el país comenzará a funcionar y a crecer de nuevo, bajo las normas del mercado, con las reformas constitucionales que difícilmente podrá cambiar la actual administración. Dejemos la palabrería matutina  a un lado y pongámonos a crear, a trabajar. Nada ni nadie nos lo impide.

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