CDMX.- Fue en 1950 cuando con apenas 7 años de edad, Suzanne Ellen Rose Alexander-Katz y Kaufmann apareció en la televisión al lado de su hermano gemelo Roberto como acompañantes de Luis Aragón, presentador de la primera revista musical que su madre, doña Brígida Alexander producía.
Esta niña rubia de ojos azules, que había nacido en suelo mexicano luego de que sus padres salieran de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, fue pionera de la televisión
mexicana y encontró su vocación a muy corta edad, firmando un pacto con el destino para dedicar su vida a los escenarios.
Sin saberlo y tomándolo como un juego muy divertido inició esta carrera que no ha soltado ni por un instante, y que, por el contrario, ha aprendido a respetar y conocer, incluso con sus transformaciones, con sus evoluciones y con todos los retos que ello ha implicado.

Susana Alexander es como el público la conoce y reconoce, a través del teatro que inició de manera profesional en 1960 con “Variaciones para cinco dedos” y que, a partir de ese momento, cuenta ya en su haber con más de 100 montajes, la mayoría, producciones de ella misma, con un trabajo de traducción, de dirección y con la fascinación de poder interpretar y que además algunos de ellos le han permitido presentarse por toda la República Mexicana y los Estados Unidos.
Luego de esa primera obra al lado de Doña Rita Macedo, fue Luis de Llano Palmer quien la invitó nuevamente a estar de frente a las cámaras de televisión, ahora para formar parte de la historia de las telenovelas, siendo La Madrastra, la primera de ellas, compartiendo y aprendiendo, al lado de grandes figuras como Doña Gloria Marín, Eduardo Guajardo y Chepina Escobedo.

Grandes figuras como Silvia Pinal, Lorenzo de Rodas, Carmen Montejo eran quienes despegaban en la televisión nacional, actores de teatro dispuestos a cautivar al público, y Susana Alexander sólo deseaba prepararse para convertirse en una buena actriz, la cual pudiera ofrecer historias con contenido y de buena calidad al público.
La televisión tuvo su lugar en la vida de Alexander; sin embargo, considera que no fue sencillo encontrar un escaparate, quizá por su físico, o porque simplemente ella era “Hija del teatro”.
Así que decidió realizar sus propias producciones de teatro, con lo que ganaba en la pantalla chica produjo las obras que quería hacer.
Alexander confiesa que ha sido un verdadero reto conocer y conquistar los distintos espacios de la actuación, descubriendo nuevos idiomas y métodos para contar historias.
Hace apenas algunos años fue convocada por Javier Colinas para protagonizar “El cumple de la abuela”, una cinta que se transformó en trilogía de la mano de “La boda de la abuela” y “El testamento de la abuela” y que han gustado mucho por su frescura y humor.

Susana Alexander, nuevamente aprendió a hablarle a una cámara de cine, a trabajar en la paciencia para repetir escenas porque el cine requiere distintas tomas, dio pasos hacia
adelante en esta disciplina y posteriormente se enfrentó a renovarse a través del streaming.
Admito que es una necesidad, soy una persona que vive de esto. El hambre me ha conducido por los caminos del streaming, y agarré al toro por los cuernos. Si no evoluciono no puedo mantenerme, si no aprendo me quedo fuera”, comparte.

Para esta mujer de 78 años de edad no hay imposibles, pese a la complejidad aceptó la
tecnología, aprendió, le perdió el miedo a “Picar botones como loca” hasta encontrarse con
la posibilidad de conectarse con latitudes lejanas.
La capacidad que tiene esto del streaming , de llegar a todo el mundo, eso es maravilloso”,
afirma.
