Por la mañana se armó un gran show en el aeropuerto de la CDMX porque había llegado la vacuna Pfizer desde Europa. Un avión grande de DHL traía el primer embarque. México tenía la ventaja sobre otros países porque el canciller Marcelo Ebrard tenía la “misión cumplida”. 

En el programa de Ciro Gómez Leyva, el conductor Manuel Feregrino preguntaba cuántas vacunas eran. Nadie decía nada y el reclamo de transparencia no se hizo esperar. Más tarde nos enteramos de que el primer envío era apenas de 3 mil vacunas. 

Si vemos las cajas en las que llegan los pomitos con la sustancia sanadora con frío a – 90 grados centígrados, apreciamos que se parecen a cajas de pizzas grandes de Dominos. Conté en una fotografía los tapones azules y habría 12 docenas. Unas 144 vacunas en una caja. Si llegaron 3 mil, con 22 cajas tendrían para trasladarlas. Imaginé que cabrían en un Vochito. 

Pero el tema de la celebración queda en una faramalla para decirnos que el futuro cambiará a partir de mañana. En otro espectáculo, veremos inyectar a doctores, y tal vez, al propio López Obrador, aunque aseguran que ya lo vacunaron. 

Mientras tanto en Guanajuato la época navideña luce como si no hubiera epidemia. Los centros comerciales aprovechan con ofertas la corta ventana de oportunidad para vender. 

Si entendiéramos a la ciencia deberían estar cerrados como lo hizo el Estado de México y la CDMX. La medida es dura, pero es la única forma de salvar al sistema de salud y al personal médico de la tragedia cotidiana. También de salvar vidas. 

Ayer en Guanajuato se reportaron 77 fallecimientos y en la cadena de atención hospitalaria las autoridades avizoran que el número puede crecer porque hay muchos pacientes graves. 

Mientras la mayoría de ciudadanos disfrutan la época y las compras, cientos de familias viven la angustia de tener a alguno de sus miembros enfermos o al borde de la muerte. 

La “joroba” de la curva fue alimentada por la esperada temporada de ofertas del “Buen Fin” en noviembre. El promedio de contagios se duplicó y los fallecimientos también. No se necesita ser doctor en estadística para prever un aumento súbito a finales de año y principios de enero. El Gobierno debió tener las agallas de Claudia Sheimbaum en la CDMX y de Alfredo Del Mazo en el Estado de México. 

Guanajuato debió usar el semáforo rojo desde hace tres semanas, cuando menos. El castigo por mantener abiertos comercios y servicios no indispensables será más sufrimiento y muerte. Buena parte de la culpa la tiene el gobierno federal porque no ha movido un dedo ni ha aportado recursos para permitir que la gente se quede en casa.

Sé que hoy es día de celebrar la unión de la familia, el aprecio por los demás y dar gracias por todo lo que recibimos con la bendición y el milagro de la vida. Es difícil aceptar la plenitud de esos dones cuando a nuestro alrededor hay dolor y desesperanza. Tampoco podemos dejar de hacer una pausa para meditar en silencio cuál es nuestro mejor empeño para llevar alegría y optimismo a quienes nos rodean.

Quisiera agradecer el tiempo que dedica a AM. Trataremos de ser mejores en lo que queda del año y en el 2021, cuando enfrentaremos retos enormes. Haremos un mejor periodismo en todos los medios, es compromiso. 

Voto por la armonía en su vida, la paz en su espíritu, la salud en su cuerpo y la fortaleza necesaria para enfrentar lo que venga. Feliz Navidad. Vale. 

 

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