México.- El 31 de diciembre del 2010, la vida de José Diego Suárez Padilla, cambió para siempre. El hombre que se había dedicado a la construcción fue notificado del feminicidio de su hija. Tras la impunidad sobre el caso, decidió estudiar leyes para encarcelar al culpable. 

Meses antes de que se cometiera el feminicidio, Diana había pedido una orden de restricción contra su pareja, quien la había agredido físicamente, pero se le negó la petición, según informa Cultura Colectiva. En diciembre su cuerpo fue encontrado sin vida. 

Como consecuencia de la falta de recursos, el propio Suárez fue el defensor de su hija, y se dedicó a aprender leyes para lograr justicia en nombre de su hija. Y afortunadamente logró su cometido.

Se pudo haber prevenido

El padre mantuvo una entrevista con Milenio, en la que informó que su hija ya había solicitado una orden de restricción en contra de su pareja, Gilberto Campos García, después de que éste la golpeara en octubre del 2010. 

Le tenían que haber puesto un médico legisla, no se lo pusieron. Les dijo que la había amenazado de muerte, tampoco consideraron que eso fuera delito. Cuando yo volví a todos esos juzgados, fue porque mi hija estaba muerta y ya no se podía hacer más que luchar por la injusticia”, declaró en la entrevista.

Sin embargo, en poco tiempo llegó a revictimización a Diana. Después de que ella expresó haber sido amenazada de muerte por Gilberto, las respuestas que recibió ante la petición de la orden de restricción fueron: “eso no existe en México, las órdenes de protección sólo se dan en Estados Unidos”, o “no te robó el celular, tú se lo entregaste”, “las peleas entre novios no son un delito”. 

El culpable la apuñaló en 16 ocasiones

A poco de cumplir los 22 años de vida, Diana fue asesinada por su pareja, Gilberto, quien la apuñaló 16 veces. José Diego decidió ser quien buscara justicia por su hija, al no contar con los recursos para contratar a un abogado. 

Diana Suárez había pedido protección ante la amenaza de muerte que recibió de su entonces pareja.

El hombre compartió con Milenio que se aprendió el código penal, civil, ley de amparos y otros varios libros sobre derechos humanos, y durante el caso presentó más de 350 escritos y combatió seis apelaciones. 

Yo me juré ahí, donde me la dejó el criminal, que lucharía por ella”.

A finales del 2019, logró que Gilberto fuera sentenciado a 67 años de prisión, y además logró que los jueces que negaron la orden de protección a Diana, de igual manera, fueran a prisión por abuso de autoridad. 

A mi hija ya no la tengo, pero si ella dio su vida, que esa vida valga la pena. A las familias les digo que no se rindan, que no se venzan, que luchen hasta lo máximo“, añadió. 

 

GOM

 

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