Argentina.- Aunque hoy en día es cada vez más aceptado y fácil el poder hablar sobre el abuso sexual, hace años no era algo que sucediera, debido a la fuerte estigmatización que había al respecto. La actriz Maria Fernanda Callejón relató el sistemático abuso sexual que sufrió siendo una niña, por parte de un familiar.
Cuando tenía entre nueve y diez años de edad, relata que un tío lejano, un primo de su abuelo paterno, visitó su casa en Villa Carlos Paz.
A esa edad nunca me hubiese quedado sola en mi casa, porque vivía en el medio del campo. Todo el mundo conoce Villa Carlos Paz como si fuese la gran ciudad, pero en invierno es un pueblo. Lo digo con mucho amor. Y en honor a mi vieja, ella nunca me dejaba sola a la noche. Pero en esos días vino un tío lejano, era primo de mi abuelo de parte de mi padre, a arreglar el auto. Y se quedó unos días. Se quedaba en el taller”, inicia relatando en el programa Podemos Hablar.
A la tarde yo tomaba la leche y miraba la televisión, miraba a Andrea del Boca. Entonces, el hombre le decía a mi papá que quería ir al baño porque en el galpón no había baño. Era la excusa para entrar a mi casa. Lo hacía a la tarde, cuando mi mamá llevaba a mi hermana a inglés y yo me quedaba sola. Él iba al baño y cuando volvía hacía lo que tenía que hacer, que era abusar de mí”, habló valientemente sobre el trauma que sufrió.
También recuerda que esto no sucedió una vez, sino que fue sistemático, aunque no sabe cuántas veces.
La actriz afirma que algo que le duele es que su papá nunca lo supo.
Mi papá nunca se enteró. Es difícil. Cuando era chiquita pensaba que mi papá lo iba a matar y que él iba a ir preso. Ese era uno de los motivos por el cual no lo contaba. No hay ninguna posibilidad de que después de pasar por eso tan traumático puedas contarlo. Tenés que hacer tu proceso y eso es muy difícil, sobre todo en ese contexto hace tantos años. Hoy es distinto”, afirmó.
Compartió que ella habló de lo que le sucedió para poder ayudar a otros, a lo que aconsejó a los padres: “Quiero decirles que no se confíen. Porque a veces uno se confía porque es un padre presente, como yo, o mi mamá, que era una madraza terrible. Y sin embargo, me pasó. Hay que estar atento porque suele suceder que esta gente está activa cuando menos te lo imaginás, no podés descuidarte ni un segundo. Lo bueno es hablar”.
GOM
