Si bien todas las comparaciones son odiosas, existen otras verdaderamente abominables.
Aquí voy con un par de ellas: Napoleón se equivocó al declararle la guerra a Rusia sin haber derrotado previamente a Inglaterra. El hecho de haber abierto dos frentes simultáneamente produjo la derrota de la Grande Armée. Lo mismo ocurrió cuando Hitler, en contra de la opinión del alto mando alemán, invadió Rusia sin haber aplastado a la misma Gran Bretaña, momento militar que afortunadamente propició la destrucción de los peores asesinos conocidos en la historia de la humanidad. Toda proporción guardada, AMLO, ha abierto múltiples frentes para garantizar el naufragio, en el corto plazo, de la 4T:
Comencemos por incluir en esta patética comedia de las equivocaciones a la posición asumida por 10 gobernadores contestatarios y valientes que discrepan de las políticas adoptadas por López Obrador. Imposible aceptar que del 100% de impuestos recaudados en sus respectivas entidades, sólo reciben a cambio un 15 o un 20%. Si se oponen a recibir, con toda razón, dichas limosnas en relación de las participaciones federales, menos aún pueden coincidir con que el presidente desperdicie los recursos recaudados en sus respectivos estados en la compra de votos electorales para las elecciones intermedias del 2021, o los malgaste en obras públicas inverosímiles que nacerán quebradas. ¿Qué sigue? A continuación solicitarán un nuevo convenio de tributación para aumentar los recursos estatales y poder enfrentar con mayor éxito la pandemia económica, la pandemia sanitaria, la pandemia criminal y la pandemia educativa, entre otras pandemias más. De no llegarse algún acuerdo para suscribir un nuevo convenio de participaciones tributarias, ya se habla de una secesión arriba del paralelo 20, con lo cual tendríamos la República mexicana del Norte y la República mexicana del Sur. ¡Horror!
Otro frente abierto lo constituye el terrible enfrentamiento con el sector privado, precisamente el que paga impuestos, el que genera empleos y capta divisas. Una guerra tan estúpida como depredadora. El frente integrado por los empresarios no convoca en modo alguno, a una suspensión del pago de impuestos, no: el poderoso frente se abre a través de la cancelación de las inversiones mexicanas o extranjeras, de la fuga de capitales, del despido millonario de empleados antes de la quiebra de sus compañías, ruina en la que también está involucrado el gobierno federal, desde que la recaudación se va a desplomar a niveles nunca antes vistos por la adopción de medidas financieras inadecuadas en comparación con las estrategias diseñadas en otros países.
Otro frente lo constituye el papel de las casas calificadoras extranjeras que pueden bajarnos, en cualquier momento, el grado de inversión para provocar una devaluación del peso mexicano con el consecuente disparo de la inflación. No hay enemigo pequeño.
El crimen organizado constituye un frente incuestionable debido a la posición beligerante que podría adoptar el presidente Trump o el propio Biden, de ganar cualquiera de los dos las próximas elecciones. Ambos jefes de la Casa Blanca podrían equiparar a los narcotraficantes con los terroristas y de llegar a ser aprobada esta medida, sería posible legislar para poder atacar a los terroristas enemigos del Coloso del Norte, en cualquier país en donde se encuentren, lo cual significaría el probable arribo de la fuerza aérea norteamericana, de cuyos aviones caerían miles de paracaidistas en territorio nacional con instrucciones no solo de quemar los cultivos y destruir los laboratorios de anfetaminas, sino que vendrían a arrestar a los narcos para encerrarlos en las cárceles de su país, tal y como hicieron con el presidente Noriega, de Panamá. Estados Unidos acusa a México de la muerte de miles de sus nacionales como consecuencia del consumo de los enervantes mexicanos.
El hambre, el desempleo, la expansión de la criminalidad, los desaparecidos, las masacres, el ejército prostituido a la usanza chavista que podría llamar a la rebelión de los mandos intermedios, no son frentes abiertos irrelevantes. La 4T no acabará bien. México, tampoco.
