La pandemia en México resultó más letal de lo que el Gobierno esperaba a principios de marzo. De los 6 mil muertos pronosticados, la cuenta se multiplicó por diez; va en 68 mil y a principios de 2021 podríamos superar los 130 mil e incluso llegar a 150 mil si no se hace algo. Ante la tragedia, ex secretarios de Salud Pública proponen cambiar la estrategia.
Los nombres de quienes proponen un cambio son de la más alta calidad moral, humana y científica. Dos ex rectores de la UNAM, José Narro Robles y Guillermo Soberón Acevedo; Julio Frenk, reconocido doctor y académico; José Ángel Córdova, quien enfrentó exitosamente hace 11 años la epidemia de influenza; Salomón Chertorivski, economista brillante y también ex secretario de Salud; los acompaña Mercedes Juan, doctora quien también encabezó la Secretaría.
Al asomarnos a los curriculum vitae de los ex secretarios leemos hoja tras hoja de “papers” o postulados científicos de investigaciones; representación en organismos internacionales, premios y más premios a sus méritos científicos y profesionales. Llama la atención su cúmulo de logros y nos enorgullece que haya mexicanos tan preparados. Podría llenar todo el periódico con el listado de las publicaciones, conferencias y reconocimientos de estos sabios doctores. Eminencias todos.
Como buenos mexicanos, no podían quedarse callados ante el desastre. Exponen medidas sencillas y eficaces que hemos escuchado una y otra vez. Critican que el Gobierno acepte como “normal” la mortalidad siniestra del Covid. Saben que la estrategia -si es que hubo alguna- equivocó el objetivo primordial: salvar vidas. El diagnóstico es preciso y la receta exacta con 10 mandamientos:
- Más datos y de mejor calidad.
- Pruebas y más pruebas en todo el país.
- Confinamientos localizados.
- Un mando colegiado del Consejo Nacional de Salubridad.
- Acudir al médico ante los primeros síntomas.
- Uso obligatorio de cubrebocas.
- Evitar lugares cerrados, congestionados y encuentros cercanos.
- Comité científico para evaluar la política anti covid.
- Ley general de cuarentena.
- Reforzar la campaña de vacunación anti influenza.
En resumen, pasar del show mediático cotidiano de la mañanera al tratamiento científico del problema.
Salomón Chertorivski, el economista del grupo, calcula que con 20 mil millones de pesos podría enfrentarse el problema. El documento llamado “La gestión de la pandemia en México”, contempla la aplicación de 127 mil pruebas semanales de detección, según información del periódico Reforma. Pruebas, pruebas y más pruebas, es el primer paso para hacer visible el virus y poder rastrear los contagios. Proponen 8 semanas para controlar la epidemia. Según Chertorivski, la verdadera cuenta de muertos llega ya a 200 mil. Algo que concuerda con el reciente agotamiento de los certificados de defunción.
¿Cuántas vidas se hubieran salvado si el Gobierno contara, desde el principio, con la sabiduría de estos hombres? ¿Cuánto dolor, miseria y humillación hemos sentido porque el Gobierno es sordo y ciego ante la ciencia y el conocimiento? López Gatell ganó los reflectores al principio y hoy debe sentirse frustrado por el resultado de su gestión. El problema, desde el arribo del virus a México, fue pensar que un solo hombre podría sustituir a un cuerpo colegiado de sabios.
Peor que la peste es la soberbia ante el desastre. Cuando los líderes creen que saben sin saber, cuando abandonan las recomendaciones científicas por prejuicios, ignorancia o fetiches salvadores, miles de compatriotas mueren en el desamparo.
