Salman Khan, un norteamericano, dedicaba su vida profesional a trabajar en un fondo de inversiones. Un hombre joven que, preparado en Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachusetts, sería uno de los cientos de matemáticos y científicos aplicados a la optimización del capital en los mercados. 

Un día sus primos le preguntan dudas sobre álgebra. No comprenden algunos pasos básicos. “Tenían lagunas (gaps) que les impedían avanzar en la materia”. Khan se metió en un clóset (literalmente) y comenzó a explicar a través de grabaciones en Youtube las ecuaciones simples de la materia. Sus primos estaban encantados. Tenían un profesor de primera que les ayudaba a comprender álgebra. 

Al tiempo, otros jóvenes acudieron a las lecciones en Youtube. Khan en poco tiempo sumaba miles de alumnos desconocidos. El profesor sabía que en los fondos de inversión encontraría oro, pero con su inteligencia extraordinaria, comprendió que había dado con una veta para cambiar la forma de educar en las matemáticas y la ciencia, de cambiar al mundo. El internet y Youtube le ofrecen un potencial infinito. 

Funda Khan Academy www.khanacademy.org, un espacio en internet a donde traslada sus cursos. La vena de maestro se le dio tan bien que él mismo comenzó a grabar cientos de cursos, desde matemáticas de primaria hasta explicaciones precisas de cálculo avanzado, pasando por temas financieros de los que es experto.  

En el camino descubre algunas fallas en el sistema tradicional. A los alumnos les enseñan  en la escuela y luego les piden una tarea. Al final del mes hay un examen donde las calificaciones son variadas. Como siempre, hay alguien que saca 7 y otros 9. Algunos reprueban y otros obtienen un 10. 

El problema es que ninguno es tan listo o tan tonto como reflejan las calificaciones. El método educativo puede invertirse y regularizar a todos. Los alumnos hacen la tarea en la escuela, resuelven sus dudas con los maestros o los mismos compañeros y estudian en casa. Khan descubre que al tiempo todos los alumnos, o la gran mayoría, obtienen el conocimiento adecuado y dominan los temas. 

Hoy acuden millones de estudiantes de todo el mundo a khanacademy para mejorar sus conocimientos de matemáticas, física, química y ciencias económicas. Todo el contenido es gratuito y la institución vive de donaciones de grandes empresas y particulares. Sabemos que Carlos Slim apoyó el proyecto para que haya cursos en Español.

Mientras muchos se ríen de la opción que tomó la Secretaría de Educación Pública de dar clases por televisión, si lo pensamos bien, puede ser el inicio de una revolución. Como todo cambio, es difícil de asimilar, complicado de llevar a cabo y seguro tendrá miles de quejas. No todos los niños tienen televisión y menos internet en casa. Pero una gran mayoría está conectado y podrá dar algún tipo de seguimiento a los mejores maestros y sus materias. 

¿Qué harán los cientos de miles de maestros que no saldrán en televisión? Lo primero sería tener varios canales para actualizarlos en temas de enseñanza a distancia. Sería un logro que no perdieran el tiempo y tuvieran acceso por medio de Zoom o plataformas especiales de la SEP para adquirir las competencias que serán indispensables en un mundo transformado por la pandemia. 

Podemos ver todo como un gran embrollo o visualizar algo nuevo con oportunidades de conocimiento para nuestros descendientes que jamás imaginamos para nosotros. (Continuará)

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