León.- En medio de la contingencia del Covid-19, los medios de comunicación se han enfocado en recordar el pasado, y en León no ha sido la excepción, por lo que “El Club”, el programa radiofónico oficial del equipo esmeralda, contactó a Victor Manuel Vucetich para revivir su etapa en el Bajío y el campeonato y el ascenso que consiguió con la Fiera.
Se aglomeró un buen grupo de personas y de jugadores que traían el hambre desde la Segunda División, lo que que trajo como consecuencia todo lo que vino después”, rememoró.
De entrada, el extécnico felino rememoró su llegada a León y cómo quedó prendado desde el primer momento de la ciudad y de su gente.
Después de haber logrado el ascenso con Potros Neza, yo me quedé sin dirigir, y me dolió haberme quedado sin trabajar, que mi trabajo no haya sido reconocido. Empecé a ver las opciones, y me ofrecieron varias reservas profesionales que eran muy buenas, pero yo quería algo más, mi reto era mayor, y cuando me ofrecieron la oportunidad de dirigir al León, ahí sin dudas lo elegí, porque era un equipo que siempre aspiraba a estar en primera división, un equipo con una historia y una afición muy grande, con muchos títulos, que va a aspirar siempre a llegar a la primera división, y eso era lo que estaba buscando”.

Así, y unido a un grupo de jugadores sin poco nombre pero con enorme corazón, plantó la semilla para una época gloriosa.
Con la combinación de la gente que tenía el deseo de volver a la primera división, pues pudimos coincidir, y yo estaba muy joven, tenía 35 años cuando llegué al León, nos dieron la oportunidad, comencé a manejar al grupo, y te lo repito, el grupo fue fantástico, la gente, que a lo mejor no los identificaba mucho, pero futbolísticamente cuando uno los va conociendo, dices: ‘Estos no tienen el nombre, pero tienen la capacidad técnica para poder hacer las cosas'”.

Tras conseguir el ascenso y destacar en primera, alcanzó la final de la Primera División Mexicana en la temporada 1991-92 ante el Puebla de Manuel Lapuente, y tras 120 minutos de correr, sudar y gritar más que nunca en la vida, la Fiera consiguió su quinta estrella.
Fue un partido disputadísimo. Puebla fue un hueso muy duro de roer, un Manuel Lapuente muy capaz, un tipo que sabía darle los tiempos a su equipo, pero yo lo había analizado, y sabía que no podíamos relajarnos en lo más mínimo porque incluso teníamos un elemento de más, y el mismo Turrubiates me decía: ‘¿Me subo?’ Y yo le decía: ‘No, espérate, dale tiempo, porque lo que están buscando ellos es eso. Entonces vamos a esperar a que termine el tiempo, el desgaste físico va a ser muy fuerte, y esperemos algún error para culminarlo antes'”.

Pero la Franja no aflojaba, y ya en el tiempo extra decidió jugarse el todo por el todo.
Ya en el tiempo extra es cuando mando a Turrubiates a buscar el gol en el juego aéreo, sabiendo que ibamos a jugar al mano a mano completamente, y es cuando se consigue ese gol de Turrubiates, y ese tiro de Tita que desvía la barrera y se anida en la portería”.

Ahora, casi treinta años después, “Vuce” todavía siente ese cariño por el Bajío y por la ciudad zapatera que le dio el primer impulso antes de que se convirtiera en el “Rey Midas” del futbol mexicano.
Definitivamente León ha sido uno de los clubs más importantes de mi vida, y el cariño que la gente me ha manifestado, pues he tratado de complacerlos y de darles lo mismo en base a mi trabajo. Un fuerte abrazo a todos y para esta gran institución”.
JRP
