En este tiempo donde la ciencia avanza tanto que ya se acarician los frutos de la inteligencia artificial; en este mundo interconectado donde los investigadores pueden detener la luz en un laboratorio o hacer operaciones a niños sin nacer dentro de la matriz de su mamá, ¿cómo puede haber personas que afirman que la tierra es plana?

En este mundo plagado de ignorantes supinos (aquellos que pudiendo saber no saben) hay quienes se suicidaron porque creían que viajarían en el cometa Hale-Bopp rumbo a otro planeta o al paraíso mismo. Querían escapar de la Tierra.

Los fundamentalistas cristianos aseguran que la tierra tiene 4 mil años y se niegan a conocer, bajo la luz de la ciencia, que el Universo alcanza 13.7 mil millones de años y la tierra unos 4 mil millones. También rechazan que hayamos evolucionado para llegar a ser la especie Homo sapiens. 

Hubo gente tan ignorante en Inglaterra y en Estados Unidos que prohibieron la vacunación de sus hijos porque “producía autismo”. Creencia que provocó una pequeña epidemia de sarampión en Nueva York y muchas muertes sin sentido. 

Impedido estoy de hablar de las creencias religiosas más absurdas o los dogmas de fe que atan al hombre y limitan el horizonte de sus conocimientos. Son sagradas y deben respetarse. 

Lo increíble es que el Presidente de México quiera explicar el mundo económico sin el menor conocimiento y con el riesgo de condenar a miles a la muerte por la epidemia y otros miles a una hambruna, inimaginable hace apenas unos meses. Una locura que su ignorancia vaya a destrozar empresas, empleos y la certidumbre de nuestro futuro como nación democrática. 

Pero si bien espanta la trágica decisión de no hacer nada frente a lo que se viene, sorprende la negligencia de sus colaboradores. 

Mario Delgado, líder del Congreso por Morena, con estudios de economía en el ITAM y posgrado en Essex, Inglaterra ¿no sabe lo qué le sucederá a sus compatriotas si no se da un potente plan contracíclico de inmediato?¿Por qué no lo plantea de inmediato?

Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, ¿no comprende bien lo que provocará la política estática de AMLO si ve en todos los países del mundo con planes contracíclicos, desde Estados Unidos hasta Perú, pasando por todo Europa?

El único que se atrevió a levantar la voz fue Porfirio Muñoz Ledo, expresidente de la Cámara de Diputados. Conoce el desastre mayor que se cocina desde Palacio Nacional. Urge a un cambio pero parece hablarle al desierto. 

Qué decir de los empresarios. Sacan un papelito con peticiones a López Obrador sin decirle que hay millones de empresarios pequeños, medianos y grandes que pueden quebrar.

¿Por qué no llevaron nuestras firmas para hacerle sentir al Presidente que sin las empresas México no existiría y no existirá como lo conocemos sin su aporte? 

¿Por qué no pusieron su vida por delante en un acto de desobediencia civil ante la incivilidad y la barbarie que provocará perder el trabajo de generaciones?

¿Qué no podemos poner un alto a quien avanza hacia la debacle y lo hace por ignorancia, ideología, maldad o simple estupidez?

La tierra no es plana; el hombre no apareció en la tierra hace 4 mil años; las vacunas no provocan autismo y las recesiones no se convierten en depresiones si las autoridades monetarias inyectan dinero a la economía como si los bomberos estuvieran apagando un incendio. 

Eso lo sabemos desde 1933. ¿No lo saben todos los funcionarios a quienes injustamente y por ignorancia les quitaron ingresos?

Esos que callan son unos miserables. La historia les cobrará caro su cobardía. 

 

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