Todo el año, los panteones municipales y privados lucen con poca asistencia, pero ayer estuvieron abarrotados de quienes recordaron a sus seres queridos.
Desde temprano miles de personas acudieron a limpiar, lavar y barrer las tumbas de sus familiares, otras las llenaron de adornos, veladoras, la comida favorita de sus difuntos y hasta música les llevaron.
“Sólo venimos el Día de Muertos, porque mi mamá se pone muy mal al recordar que ya no tiene a mi abuelita, pero hoy sí es un día que toda la familia se pone de acuerdo y aquí nos reunimos, es como la reunión anual de la familia Padrón, este año sólo le mandamos hacer unos floreros”, platicó Roberto Padrón.
Y contrario a la cotidianidad, en los pasillos de los camposantos se notó ayer la tristeza y añoranza de muchos, aunque otros hicieron del día una fiesta.
“Extraño mucho a mi mamá, pero a ella le gustaba mucho la música y como no tengo mucho dinero pues me traje mi grabadora y sus discos de los Tigres del Norte, le traje unos sopes que le encantaban y que le hizo mi esposa. Mi mamá falleció hace ocho años y todavía la extraño mucho, como si ayer se me hubiera ido, por eso casi no vengo y ya desde hace días me programo mentalmente para venir y no entristecer”, dijo Mario González.
Para esta festividad, la gente empieza a preparar con anticipación las flores de cempasúchil, veladoras y misas.
