Para evitar la aparición del mosco del dengue, autoridades de la Jurisdicción Sanitaria recomendaron que durante las visitas a panteones en el Día de Muertos el servicio de agua se suspendiera.
Aunque muchos de los visitantes mostraron molestia por no poder utilizar el líquido, prefirieron desistir en su intento de introducir cubetas con agua, pues los elementos de Policía impedían la entrada de cubetas con el líquido.
Al ser una recomendación del Sector Salud, en el Panteón Municipal se cortó el servicio de agua, para evitar que los visitantes lavaran los floreros y eliminaran el líquido repelente que días antes se había colocado para evitar la aparición del insecto.
Desde las 7 de la mañana que el camposanto abrió sus puertas los visitantes se acercaron a pedir agua, pero los trabajadores les indicaron que no podrían acceder a ella y comenzaron a recoger tierra para compensar la falta del líquido.
“Temprano la gente se acercó a preguntar, se les explicó y entendieron, en años pasados hasta mentadas nos llevábamos pero esta vez sí lo están aceptando”, dijo Mario Ayala Cornejo, administrador del panteón.
Cuando la gente intentaba ingresar, los policías que estaban situados en la puerta se las quitaban y la tiraban a un costado de la puerta, para que no ingresaran, pues las indicaciones fueron claras en un principio.
“Hay personas que ya llegan mejor con sus bolsitas de arena y sus flores, es lo mismo y evitamos que se propague alguna enfermedad”, dijo Ayala Cornejo.
La molestia no sólo se dio por parte de los visitantes, sino también por parte de las personas que vendían las flores en la entrada del camposanto, que redujeron sus ventas por falta de agua.

Disminuye la venta de flores naturales

Las comerciantes de flores fuera de los panteones mostraron molestia, pues la falta de agua ocasionó que sus ventas disminuyeran hasta en un 30%, ya que los visitantes preferían comprar flores artificiales al pensar que se marchitarían más rápido.

El sol y el calor intenso, hicieron que muchos de los asistentes a los panteones optaran por comprar pequeños ramos artificiales, que iban desde los 10 hasta los 25 pesos, e incluso se vendieron coronas del mismo material artificial.
“No hay agua y la gente no quiere llevar la flor, porque se les hecha a perder, dicen que se va a marchitar con el sol por eso está malísima la venta”, dijo Malena Medina vendedora de flores desde hace 40 años.
Comentó que a la falta de agua se suma el alto costo de la flor, por lo que han tenido que vender ramos de 10 pesos muy sencillos, hasta ramos más elaborados a 40 pesos, que la gente no quiere pagar.
“Se llevan los de 10 pesos que nomás tienen gladiola, también son de bajos recursos y no quieren pagar los ramos más caros”.
Para Malena es una tradición el vender flores, una que según comentó, se está acabando porque no los dejan usar agua para que duren un poco más.

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