“Una dulce tradición”, así se puede definir la elaboración de esos caramelos artísticos con base de azúcar, puré de caña preparada en pasta alargada, limones, clara de huevo, entre otros ingredientes, conocido de generación en generación como: Los alfeñiques.
Cada año, al acercarse la fecha de recordar a todos aquellos seres que en vida llenaron los corazones de sus familias y amigos de alegría y amor, se puede observar en los altares de muertos, esta dulce tradición del alfeñique.
El alfeñique, se puede considerar como un dulce lleno de arte, por todo el proceso de elaboración que requieren y aunque sólo en las últimas semanas del mes de octubre y principios de noviembre se hace visible este caramelo, quienes elaboran esta dulce tradición comienzan con el proceso entre los meses de abril y mayo.
En Irapuato existen familias que con pasión y orgullosos de sus tradiciones, se dedican a la elaboración de los alfeñiques.
Una de ellas es la señora Alicia Bustamante, quien comenzó a involucraste en este tradición a la edad de 16 años, luego de casarse con Arturo Landín “Mi suegra nos enseñó a mis cuñadas, a mí y a mi esposo, me gustó mucho y fue por eso que dedico seguir la tradición”, compartió la señora Alicia, quien además aseguró que no le fue nada difícil aprender, ya que desde un principio le ha gustado trabajar, y toda la mitad del año comienzan a trabajar.
A 40 años de dedicarse a la elaboración de alfeñiques, Alicia aseguró que es una tradición de generaciones, pues sus seis hijos aprendieron desde muy pequeños y ahora, ya grandes y con una familia, continúan este legado al enseñarle también a los nietos de la señora Alicia.
El saber que la tradición continúa dentro de la familia, a la señora Alicia le brinda felicidad, ya que además de trabajar aprovechan para convivir, “Es muy bonito venir a vender con mi familia, y más bonito ver que la gente sigue las tradiciones”.
Entre los alfeñiques que más vende la señora Alicia es la caja de muerto, la cual lleva un gran proceso de elaboración, “hacemos unas 100 y la decoración, y montar las muñecas, todo eso nos lleva un mes, en sólo 100”.
Toda la vida dedicándose a la elaboración de alfeñiques y un año que la señora Alicia deje de vender, la llenaría de una inmensa tristeza en su corazón.

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