Bahamas.- Una de las tantas historias que dejó el huracán Dorian fue la de Adrian Farrington y su pequeño hijo de cinco años de edad quien lamentablemente falleció. Y es que luego del peligroso paso de dicho fenómeno climático en la isla Abaco, su padre trató de ponerlo a salvo luego de percatarse que las altas mareas traían consigo a varios tiburones, en su intento colocó al menor sobre el techo de una vivienda pero una fuerte ráfaga de aire terminó por llevarse al pequeño a las turbias aguas justo donde estaban los peligrosos peces.
Farrington declaró a medios locales que alrededor de una hora de andar entre el agua tratando de escapar, vio que tiburones merodeaban por los alrededores, por lo que temeroso de que le pudieran hacer daño a su pequeño hijo, decidió colocarlo sobre un techo por su seguridad, mientras que le imploraba que no llorara y siguiera respirando.
Mientras Farrington con su pierna y su brazo fracturada luchaba contra la corriente para alcanzar a su hijo, una fuerte ráfaga del huracán arrastró al niño a la marejada cayendo a las turbias aguas, para no verlo nunca más.
Al ver que la marejada se tragaba a su hijo, Farrington corrió hacia él, empujando escombros y sorteando todo tipo de obstáculos, sin embargo, se perdió entre las aguas.
No encuentro nada. Entonces regreso. Contengo la respiración y vuelvo a bajar, dijo. Durante todo este tiempo, la gente se llevó a mi esposa a un lugar seguro y me llamaron, pero no quise ir porque no quería dejar a mi hijo
En su desesperación, se trasladó a un terreno más alto, para ponerse a salvo, dijo a medios de la localidad que esperaba que su hijo fuera encontrado con vida, sin embargo, teme lo peor.

Hoy en día los equipos de rescate continúan en la búsqueda de sobrevivientes, hasta el momento se tiene un saldo de 30 muertos.
