Rusia.- Yulia Khabitovade 28 años de edad, mostró a las autoridades cómo fueron los últimos minutos en la vida de su bebé, a quien tuvo que estrangular, porque ya no tenía dinero para comprar comida.
Con una muñeca en sus brazos y las manos temblorosas, dicha mujer regresó al jardín de su casa para reconstruir la escena del crimen ahora para la Policía.
La madre explicó que se contraba desesperada porque ya no tenía comida en el refrigerador y el niño siempre estaba llorando porque tenía hambre.
En un día de tensión absoluta, decidió tomar una cuerda y apretarla contra el cuello de su hijo de un año -de nombre Timur-, y finalmente cubrir el cuerpo con una cobija para enterrarlo en el jardín, bajo el fertilizante.

Acto seguido, la madre reportó que Timur había desaparecido, pero al poco tiempo confesó su delito a la Policía.
Fue en la reconstrucción de los hechos en donde Khabitova recordó lo que le dijo al niño mientras le quitaba la vida:
Todo va a estar bien, nunca volverás a tener hambre. Nunca volverás a llorar.”
El padre del niño, Denis Tkachev, de 34 años, dejó a la mujer porque sospechaba que le era infiel. La pareja tiene otra hija, de 5 años de edad, quien estaba dormida al momento del homicidio.
Según la niñera, la señora Kahbitova había conseguido un trabajo en una empresa de paquetería, pero decía que no ganaba lo suficiente para mantener a sus hijos.
La niñera afirmó a la Policía que sentía lástima por el bebé, a quien le traía puré, verduras y carne, y le cocinaba algo de comida porque lo veía desnutrido. Yulia Khabitova se encuentra detenida en la actualidad y, de ser hallada culpable, podría enfrentar de ocho a 20 años en prisión.
