Washington, EU.- La denuncia por las malas condiciones de los centros de detención de inmigrantes sin papeles en la frontera de Estados Unidos con México comenzó de la mano de abogados.
Desde el pasado martes se convirtió ya en una alerta de los propios inspectores del Gobierno estadounidense.
Celdas abarrotadas con gente durmiendo en el suelo se pueden en las fotografías que acompañan un informe oficial.
Ayer, Donald Trump respondió al ataque a través de su cuenta de Twitter.
Si los inmigrantes ilegales están descontentos con las condiciones de centros de detención rápidamente construidos o adaptados, dígales simplemente que no vengan. ¡Y todos los problemas solucionados!
If Illegal Immigrants are unhappy with the conditions in the quickly built or refitted detentions centers, just tell them not to come. All problems solved!
Donald J. Trump (@realDonaldTrump) July 3, 2019
Desbordan sistema
La llegada masiva de familias que huyen de la miseria y la violencia de Centroamérica está desbordando un sistema de acogida que no está preparado para este volumen de personas, especialmente de tantos niños.
La Administración estadounidense asegura que la frontera se encuentra al borde del colapso, convirtiendo en centros de detención improvisados lo que no son más que comisarías.
El atasco se suma al fuerte discurso antimigratorio del presidente, que desde que se lanzó a la carrera a la Casa Blanca hace cuatro años ha hecho de la guerra a los indocumentados una de sus grandes banderas electorales.
Miles en la frontera
Según el informe de la Inspección General del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), elaborado la semana del 10 de junio en los sitios de detención de inmigrantes de la zona de Río Grande, en el sur y este de Texas, la Patrulla Fronteriza tenía detenidas a 8 mil personas, de las cuales 3 mil 400 llevaban bajo arresto más de las 72 horas, el supuesto límite legal para poder procesar las solicitudes de asilo.
El republicano presiona a los legisladores demócratas para lograr unas normativas más duras contra la inmigración irregular, si bien ha dejado en un segundo plano su vieja promesa electoral de construir un muro en la frontera de México.
